Mitos sobre la hipnosis.

Una vez que se ha explicado por encima lo que es y no es la hipnósis, cabe indicar los mitos erróneos sobre la hipnósis que son los siguientes y se desarrollarán a continuación:

  • Las personas hipnotizadas pierden la consciencia.
  • La hipnósis es una forma de sueño.
  • La hipnósis implica una pérdida de la voluntad.
  • La persona hipnotizada se encuentra bajo el control del hipnotizador.
  • En hipnosis uno puede recordar con exactitud todo lo que le ha sucedido a lo largo de su vida.
  • El éxito para conseguir que una persona entre en un trance hipnótico se debe al "poder" del hipnotizador.
    Las personas no pueden hablar cuando se encuentran en hipnosis.
  • Las personas no pueden recordar qué pasó mientras están hipnotizadas.
  • La hipnosis crea dependiencia del sujeto respecto del hipnotizador.
  • La hipnosis es una terapia.
  • Las personas hipnotizables son mentalmente débiles, incultas, crédulas o poco inteligentes.
  • La hipnosis es peligrosa
  • Para ser hipnotizada la persona tiene que estar relajada.
  • La persona hipnotizada si no se despierta puede quedar en trance indefinidamente.
  • La hipnosis implica siempre un mismo ritual monótono de inducción.
  • La susceptibilidad hipnotica no puede ser mejorada.
  • Funcionan solamente las sugestiones directas.

1. Las personas hipnotizadas pierden la consciencia.

La persona que se encuentra hipnotizada está en todo momento consciente, si bien su consciente permite que ciertas órdenes, y siempre bajo su “aprobación”, pasen al nivel inconsciente. De este modo, aunque el sujeto se esté dejando llevar por un proceso hipnótico, en el momento se le sugieran experiencias, situaciones o cualquier cuestión que no sea acorde con su modo de pensar, saldrá espontaneamente del trance.

Incluso en los niveles más profundos de trance (en la terminología de la hipnosis clásica), el sujeto siempre mantiene un vínculo auditivo con el hipnotizador. Además existen como dos entidades dentro de la mente del sujeto: una que es sigue las sugestiones y otra que está expectante, como vigilando que es lo que está ocurriendo.

2. La hipnosis es una forma de sueño.

La muestra encefalográfica (EEG) de un paciente bajo hipnosis muestra la onda alfa. La onda Theta cuando la persona se encuentra en sueño fisiológico es de otra frecuencia mas lenta que la alfa. Sin embargo la onda Beta cuando la persona esta despierta es mas rápida que la alfa . En hipnosis la persona electroencefalográficamente no está ni dormida ni despierta. El sujeto tiene inhibida la mayor parte de la conciencia EXCEPTO el oído. Es por el oído que el operador se comunica para "extraer" información negativa, y "entrar" información positiva. El hecho de que el oido se mantenga activo, es lo que causa la diferencia en el EEG. Al mantener el oído activo el paciente "sabe" lo que le estan sugeriendo. Si se le sugiere que ejecute o haga algo en "contra" de sus principios no lo hace. No se puede por ejemplo hipnotizar a un delincuente y obligarlo a que narre información acerca del delito. Simplemente no libera esta información. Sin embargo, cuando una persona acepta voluntariamente ser hipnotizado, por ejemplo para superar un problema que le aqueja, entonces permite el acceso de la información a su subconsciente y se puede utilizar dicho acceso para producir la curación.

3. La hipnosis implica una pérdida de voluntad.

Igual que se indica en el mito numerado como 1, el hecho de tener el control expectante, hace que el sujeto nunca pierda la voluntad.

4. La persona hipnotizada se encuentra bajo el control del hipnotizador.

Implícito en todo lo indicado está que, si no pierde la conciencia ni la voluntad, tampoco la va a ceder al hipnotizador.

De todos modos, en algunas intervenciones de M. H. Erickson se pudo comprobar cuan manipulativo era para lograr sus fines, que realmente eran los fines del paciente. Pero también existen casos en los que Erickson admite que no puede intervenir porque el paciente no quiere realmente “curarse”, y es un “profesional de la enfermedad”.

5. En hipnosis uno puede recordar con exactitud todo lo que le ha sucedido a lo largo de su vida.

Si bien es cierto que se puede tener acceso a mucha información del inconsciente, los recuerdos suelen ser completados con imaginación. De este modo, se pueden tener hipermnesias, pero no hasta llegar a la exactitud de todo lo sucedido a lo largo de la vida del sujeto.

6. El éxito para conseguir que una persona entre en un trance hipnótico se debe al "poder" del hipnotizador

Cualquier persona puede aprender a hipnotizar. No es precisa una complexión, ni ser hombre o mujer, ni tener una voz cálida, ni unos requisitos previos. De hecho, hay grandes hipnotizadores con una presencia no especialmente impactante ni magnética, con voz chillona, que logran grandes resultados.

Bien es cierto que la expectativa del sujeto puede hacer que, ante un hipnotizador con cierta fama, esté más predispuesto a dejarse “llevar” al trance, como le ocurría a Erickson.

7. Las personas no pueden hablar cuando se encuentran en hipnosis.

Pueden, y de hecho hay un caso redactado de Milton Erickson “El hombre de Febrero”, en el que la hipnoterapia se hace totalmente en forma conversacional.

8. Las personas no pueden recordar qué pasó mientras están hipnotizadas.

Esto es lo que se suele ver en la “hipnosis teatral”. Parece verse que la persona, sin intervención del hipnotizador, no va a ser capaz de recordar lo que ha ocurrido durante el trance, y cuando le indican que ha estado haciendo tal o cual cosa, no lo reconoce como tal. La amnesia expontanea es muy rara y puede ser inducida, aunque no con la exageración que se suele ver en dicha hipnosis teatral.

De todos modos, es posible inducir amnesias.

9. La hipnosis crea dependencia del sujeto respecto del hipnotizador.

Toda hipnósis es realmente una forma de autohipnósis (Teresa García, Instituto Erickson Madrid). Partiendo de este supuesto, el hipnotizador se limitaría a crear el ambiente, la atmósfera, para que el hipnotizado vaya naturalmente a su estado personal de trance.

Según Milton H. Erickson es “como una bola de nieve que uno deja caer en una ladera nevada”.

10. La hipnosis es una terapia.

La hipnósis no es, en sí, una terapia. Es simplemente una “herramienta”, que puede ser utilizada para terapia, para mejorar la comunicación, o con fines simplemente lúdicos.

11. Las personas hipnotizables son mentalmente débiles, incultas, crédulas o poco inteligentes.

El mito parte de la idea de que solamente las personas débiles de carácter son hipnotizables. (Barber, 1969). (Kirsch et al., 1993)

Sin embargo hay una correlación positiva entre la inteligencia de la persona y la susceptibilidad a la hipnosis. Solamente personas inteligentes pero exageradamente analíticas ofrecen resistencia a aprender a entrar en trance en la primera sesión y pueden necesitar mas sesiones. Esto es debido a que la facultad de análisis se encuentra en la memoria consciente y por lo tanto racionaliza todo lo que el hipnotizador le indica, impidiendo el contacto con su subconsciente. En la hipnosis ericksoniana, dichas resistencias racionalizadoras son utilizadas para el propio trance.

Existe otra correlación importante entre hipnotizabilidad e imaginación (Hilgard & Hilgard, la hipnosis en el alivio del dolor). Esto se puede entender en el sentido que, como se verá más adelante, en un proceso hipnótico se pretende ir siempre desde la percepción de lo exterior a la percepción de lo interior; hay que intentar que el hipnotizado evoque mentalmente imágenes, sonidos, olores, sensaciones, gustos, etc. y cuanto mayor sea su capacidad de imaginación, más sencillo será hacerle seguir la línea de lo que se le indica.

12. La hipnosis es peligrosa.

La Hipnosis no es una práctica peligrosa cuando es practicada por profesionales debidamente entrenados (Lynn, Martin, & Frauman, 1996). Además, tal y como se ha explicado, es un proceso natural, que suele ocurrir incluso de forma espontanea diariamente.

13. Para ser hipnotizada la persona debe estar relajada.

En teoría se parte de que hay que hacer una relajación total del sujeto para que entre en estado de trance hipnótico. Inducciones que enfatizan estar alerta son tan efectivas como aquellas que promueven relajación. (Lynn, Neufeld, & Mare, 1993)

Esto se puede observar sobretodo en la hipnosis teatral, cuando no se trata de sujetos previamente hipnotizados o altamente sugestinoables, en cuyo caso el hipnotizador lo que hace es gritar al sujeto y hacerlo salir delante de las cámaras. El sujeto se ve tan apabullado que su consciente queda bloqueado, de tal suerte que sigue las sugestiones que el hipnotizador le imparte.

Erickson tropezó una vez con un señor en una esquina, provocando el sobresalto de ambos. Ante esta situación, Erickson le dijo la hora (una hora que no era la real), y pudo comprobar que aquel se había quedado prácticamente inmóvil, como en un estado de trance. Este suceso, unido con el que le ocurrió con un estudiante que estaba con él, en el que este había apostado que erickson haría la parte difícil de un experimiento y erickson con una técnica hizo que el estudiante hiciese la parte difícil, provocó que erickson estudiase a fondo el efecto de la confusión en las tecnicas de inducción rápidas.

14. La persona hipnotizada si no se despierta puede quedar en trance indefinidamente.

Aquí se supone que el hipnotizado no podrá salir del trance hipnótico, lo cual es falso. Ahí se suscita la pregunta ¿y que pasaría si mientras estoy hipnotizado se muere el hipnotizador? En el peor de los casos que el paciente olvide como salir por si mismo del trance, y que el terapeuta por razones ajenas a su voluntad no pueda sacarlo del trance, el paciente pasará automaticamente del sueño hipnótico al fisiológico y despertará solo, sin ningún tipo de “secuela”.

15. La hipnosis implica siempre un mismo ritual monótono de inducción.

En la hipnosis antigua, era así. Incluso la denominada “hipnosis clásica” también segúia el mismo proceso. Pero actualmente, la hipnosis se está volviendo cada vez más flexible, en especial la ericksoniana que es tan flexible como personas sean hipnotizadas.

La hipnósis clásica seguía un ritual como el que sigue:

a) Pruebas de sugestionabilidad

b) Inducción

c) Profundización

d) Sugestiones terapéuticas (si las hay)

e) Deshipnotización.

Y siempre en la misma secuencia. En la actualidad, la hipnosis no tiene porqué, y de hecho no lo hace, seguir ninguna secuencia prefijada. Se actúa en función de las respuestas del sujeto.

16. Funcionan solamente las sugestiones directas.

En la hipnósis más antigua, solían utilizarse sugestiones directas. Habían una gran cantidad de sujetos que solían responder bien a estas sugestiones directas. Entonces se indicaba que el sujeto era “hipnotizable”. De este modo, existían pocos sugetos altamente hipnotizables y pocos sujetos nada hipnotizables.

Actualmente, la hipnosis ha adoptado diferentes formas de sugestión, siendo directas cuando el sujeto responde bien a estas, o más indirectas cuando no responde bien a las directas. De este modo, desaparece el concepto de hipnotizabilidad en el sentido de que, de forma directa o indirecta, todos somos hipnotizables. El enfoque indirecto fue especialmente estudiado por Erickson.

Se puede concluir por tanto que tanto las sugestiones directas como las mas indirectas o permisivas funcionan
(Lynn, Neufeld & Mare, 1993)

17. La susceptibilidad hipnótica no puede ser mejorada.

Puede ser modificada y mejorada. (Gfeller, 1993). De hecho, aun los sujetos mas analíticos y resistentes, en sesiones sucesivas aumentan su susceptibilidad y van profundizando cada vez mas. Además, cuando un sujeto experimenta que tiene fenómenos hipnóticos (desde una simple relajación hasta una catalepsia, o una amnesia respecto de lo ocurrido en la sesión), suele ocurrir que la susceptibilidad hipnótica es mejorada sustancialmente.

En un experimento realizado a raíz de las intervenciones en masa de “sanadores” como Benny Hinn, se pudo comprobar que incluso introduciendo falsos efectos hipnóticos (como son, indicar que se va a oir una musica y poner realmente esa música, no siendo una alucinación, o indicar que se va a poner la habitación de color rojo y hacer que los tonos de luz sean realmente rojos, la susceptibilidad hipnótica aumentaba considerablemente, aunque posteriormente se explicase al sujeto que había sido intencionadamente realizado y no una alucinación auditiva ni visual).

Ahora cabría preguntarse, desde el punto de vista más clásico, ¿hasta donde puede llegar la hipnósis “REAL”? Para ello habría que ver diferentes definiciones de la produndidad hipnótica. Se muestran a continuación cuatro escalas de medida de profundidad hipnótica.

Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40