Caída hacia atrás


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Este experimoento es un poco más difícil que los anteriores. Sin embarbo, no puedes practicarlo en ti mismo. Se precisa de un sujeto para llevarlo a cabo. Si no tienes un sujeto, puedes practicar con una persona imaginaria.

Aprender una sujestión significa aprender una buena y compleja coordinación de movimiento y diálogo. Aunque la conversación puede por si misma generar la sigestión, a veces es preciso realizar otras cosas para que el sujeto sea sujestionado. Es muy importante que estas diferentes actividades se integren en todo el proceso de sugestión.

Debido a que la velocidad, entonación, inflexión de la voz y su volumen son factores cruciales para la sugestión, es importante practicar dando sugestiones, cuanto más, mejor. Una buena forma es grabandose uno mismo realizando la sugestión para poderse corregir posteriormente.

Normalmente, dar sugestiones requiere estar cerca del sujeto, y requiere ciertos movimientos de parte del hipnotizador. Si no hay un sujeto al que hacer las sugestiones es interesante practicar realizando “teatro”.

Cuando se dan sugestiones, la voz y la forma de actuar no tiene que parecer que es impuesta, o como una forma de dar órdenes o mantener el control. Incrementar la presión sobre las palabras en el final de la sugestión normalmente incrementa la respuesta. Hay que jugar con la voz y ver que es lo que hace que el sujeto responda. Hay que hacer entender al sujeto que lo que le indicamos está comenzando a suceder.

Es importante dejar claro al principio que se trata de una prueba de sugestionabilidad, y que con ella se va a comprobar el grado de hipnotizabilidad del sujeto. Igualmente, hay que dejar claro que no se va anular la voluntad del sujeto, y que, salga o no la prueba, ambos casos son un éxito porque sirven para determinar que grado de sugestionabilidad tiene este.

Si el sujeto tiene anillos, tiene que quitarselos. Nos colocamos cerca del sujeto, y con voz normal le vamos indicando:

Me gustaría que te mantuvieses con tus pies juntos, tus brazos y tus manos unidos a tu cuerpo ... ok... exactamente como lo estás haciendo ahora. Mira hacia delante. Relajate y escuchame. En unos momentos, te indicaré que pienses en caer hacia atrás y poco después tu te sentirás caer hacia atrás. No te preocupes, yo estaré detrás de ti y te cogeré, devolviéndote a tu posición normal. No intentes resistirte. Permiteme que te muestre como ocurrirá.

En este momento nos colocamos en la parte de atrás, no muy lejos (y teniendo especial cuidado que el sujeto no sea demasiado pesado en comparación con nosotros). Para darle seguridad al sujeto, hay que demostrarle que estamos cerca, tocándole la espalda, y demostrándole que se puede dejar llevar, porque en cualquier momento nosotros le podemos sujetar.

Y seguirmos: te dejas caer. Es lo que debes haer. No te preocupes porque, como puedes ver, te puedo sujetar. Vamos a probar otra vez. Dejate llevar. No te preocupes. Muy bien, ahora relajate.

Se sigue del mismo modo. Hay que afirmar cualquier paso, positivo o negativo, del sujeto. Si se resiste, continuaremos indicando “muy bien, esto va mejor”. Si no muestra resistencia, también hay que dar aprobación, “muy bien, lo hiciste bien esta vez. Ahora quiero que pruebes otra vez. Mantente erguido, cierra los ojos, y escucha lo que te indico. Una fuerza te empuja hacia atrás, en unos momentos sentirás una fuerza empujándote hacia atrás. Ahora comienza a empezar esta fuerza a empujarte hacia atrás. Estás cayendo hacia atrás.... cayendo hacia atrás. No te resistas, dejate caer hacia atrás. No puedes resistir la fuerza.

Se trata de ir repitiendo hasta que el sujeto comience a responder.

Estás cayendo hacia atrás, cayendo, cayendo, callendo (y finalmente con un tono más vivo) CALLENDO, CALLENDO, CAES... ¡CAES!

A veces el sujeto no responde adecuadamente, pero ha tenido un pequeño movimiento. Hay que eliminar las preocupaciones lógicas de caer hacia atrás.

Otras personas caminarán hacia atrás. En ese caso hay que indicar “no me entendíste, caminaste hacia atrás. Eso esta muy mal porque tu podrías haber caído si no hubieses caminado hacia atrás. Probemos esta vez, pero relajate y déjate caer cuando sientas que eres empujado hacia atrás. Muy bien, ahora, pon tus pies juntos.

¿qué ocurre si el sujeto sigue sin responder? Entonces hablale de la siguiente forma: “estoy preocupado porque no estás cooperando... te debes haber resistido. Quizás estás preocupado por si te dejo caer. Te aseguro que no lo voy a hacer. Estaré destrás protegiendote con tan solo que te muevas unos centímetros. Sientes algo, ¿no es así? (sin dejar que conteste) Ahora, probemos otra vez, pero ves relajandote,. Piensa sólo en caer. En tu imaginación, imagínatge a ti mismo callendo. Sientete cayendo... no te resistas. Dejate a ti mismo ir. Ahora piensa en caer, solo en caer, permitete pensar en caer...”

En esta práctica, como en muchas de las sugestiones, hay que estar muy atento con lo que hace el sujeto. Tal vez intente moverse en la dirección contraria. Es más bien raro, pero suele ocurrir, y hay que estar preparado para recogerlo caiga en la dirección que caiga. Podría ocurrir que un sujeto cayese pesadamente en la dirección contraria (de frente) y de forma rápida. También puede existir el caso de que no caiga exactamente hacia atrás, sino en diagonal o de lado.

Hay muchas variaciones de esta sugestión. Por ejemplo, en las siguientes sugestiones indicadas a continuación, proponemos al sujeto que cierre sus ojos,. Normalmente, cerrar los ojos incrementa la respuesta, pero no es neceario. Puedes estar frente al sujeto mientras le explicas lo que eesperas de él, con los ojos abiertos o cerrados, y después colocarte detrás de él.

En el caso de que el sujeto no responda, si es para hacer prácticas no ocurre nada, pero si lo que queremos es tener respuestas a las sugestiones que le damos, acabará por aburrirse. Por ello vale la pena hacer otras sugestiones y volver más tarde sobre esta.

Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40