LA HISTORIA DE LA CURACION DEL COLOR

HISTORIA DE LA CURACION DEL COLOR

A principios de la década de 1970, Lindsey, una amiga mía, tomo parte en un experimento único. Con su marido, tres hijos chicos y otras diez personas, fue seleccionadas de entre varios miles de solicitantes para vivir por doce meses en un asentamiento reconstruido de la Edad de Hierro, de manera que arqueólogos, antropólogos e historiadores sociales pudieran probar diversas teorías sobre los modelos de vida de hace cerca de 2,000 años. Lindsey me contó que uno de los aspectos que. Más extrañaron ella y sus compañeros fue el color. Vivir en una choza oscura, en un claro del bosque, hizo que se dieran cuenta de su importancia en la vida diaria. Lo anhelaban tanto que intentaron, sin éxito, poner algo de color en sus vidas oscuras al producir tintes. Los rehenes de mucho tiempo, como Brian Keenan, también han descrito un anhelo similar, y su alivio al poder dar un vistazo al color del cielo.

Quienes nunca han sido privados del color lo dan por sentado y, por lo general, no se dan cuenta de su importancia para nuestra salud y bienestar. Sin embargo, es una necesidad básica. Nuestros primeros ancestros se dieron cuenta de esto y las tradiciones curativas de la antigüedad en muchas culturas reflejan este conocimiento. El uso del color en la curación no es nuevo, la terapia del color, como se le llama en la actualidad, representa el redescubrimiento de algunos de los principios y prácticas que se han conocido desde los tiempos más antiguos.

Iluminándose

El hombre primitivo consideraba la luz algo que sustentaba la vida y todas las funciones y procesos de los seres vivos. Por lo tanto, 'iluminación' era sinónima de salud en su sentido literal de estar completo o ser santo en cuerpo, mente y espíritu. Para los seres primitivos, la luz era esencial como fenómeno espíritu al además de físico.

En muchas culturas de la antigüedad se adoraba el sol. La meta más importante de la vida era, para el hombre, comprender totalmente la luz y, por consecuencia, a Dios. La magia antigua trataba de lograr esta conexión al 'atraer la luz', transferir y reflejar su poder. De esta forma, la magia y la religión están inseparablemente unidas entre sí y con la medicina.

Luz y color

La luz es una banda angosta de energía visible en medio de un espectro que abarca energías que van de 10s rayos cósmicos a las ondas de radio. Estas energías se pueden clasificar de acuerdo a la longitud de onda y se miden en manómetros, cada uno equivalente a un millonésimo de milímetro. El espectro de la luz visible cae en la banda de 380 a 760 nm. Nuestros ojos pueden sentir cada variación en longitud de onda dentro de esta banda de energía y la interpretan como un color especifico. Los rojos tienen la longitud de onda más grande, frecuencia más baja y menor energía, mientras que los violetas tienen la longitud de onda más corta, las mayores frecuencias y más energía. Más allá del extremo rojo del espectro visible existe las longitudes de onda más largas de la radiación infrarroja, las microondas y las ondas de radio; más allá del extremo violeta existen las longitudes de onda más cortas de la radiación ultravioleta, los rayos X, los rayos gama y los rayos cósmicos. La energía de a luz del sol produce todas las longitudes de onda de color, desde el ultravioleta, pasando por el espectro visible hasta el infrarrojo en una distribución más o menos igual. A esto se le conoce como luz blanca de espectro completo.

Los efectos del color en la vida debieron tener un gran significado para los primeros seres humanos, cuya mera existencia estaba regida por la luz y la oscuridad. La mayoría de los seres vivos parece fortalecerse con los brillantes rojos, anaranjados y amarillos de la luz del día y calmarse y rejuvenecerse con los azules, índigos y violetas de la noche. Los antiguos consideraban que los colores que forman la luz solar representaban un aspecto diferente de lo divino y que influían en diferentes cualidades de la vida. Por lo tanto, el color es una característica significativa en el simbolismo de las culturas antiguas de todo el mundo, y los orígenes de la curación con color en la civilización occidental se pueden remontar a la mitología de los antiguos egipcios y griegos.

Curación con color en el mundo primitivo

De acuerdo a la mitología del antiguo Egipto, el arte de la curación fue fundado por el dios Thoth. Los antiguos griegos lo conocían como Hermes Trismegistus, literalmente 'tres veces más grande que Hermes', ya que también se le acreditaban diversas obras de misticismo y magia. Las enseñas que se le atribuyen incluían el uso del color en la curación, y en la tradición hermética, los antiguos egipcios y griegos empleaban minerales, piedras, cristales, ungüentos y tintes, todos coloridos, como remedios, y pintaban los santuarios de tratamiento con diversos tonos.

El interés en la naturaleza física del color avanzó junto con el concepto de los elementos: aire, fuego, agua y tierra. Estos componentes fundamentales del universo se asociaban con las cualidades de frío, calor, húmedo y seco, y también con los humores o fluidos del cuerpo, cólera o bilis amarilla, sangre (roja), flema (blanca) y melancolía o bilis negra. Se pensaba que se producían en cuatro órganos (bazo, corazón, hígado y cerebro), y que determinaban la disposición emocional y física. La salud implicaba el equilibrio apropiado de estos humores y la enfermedad la mezcla en una proporción incorrecta. El color era intrínseco a la curación, que tenia que restaurar el equilibrio. Ropas, aceites, emplastos, ungüentos y cataplasmas, de color, se empleaban para tratar la enfermedad.

Para finales del periodo clásico en Grecia, estos principios se incluyeron en el marco científico que iba a mantenerse casi sin cambios hasta la Edad Media.

En el siglo 1 d. C., Aurelio Cornelio Celso siguió las doctrinas establecidas por Pitágoras e Hipócrates e incluyó el uso de ungüentos, cataplasmas y flores con color en varios tratados de medicina.

Curación con color durante la edad media

Sin embargo, con la llegada de la cristiandad, todo lo pagano se exorcizó, incluyendo las prácticas curativas de egipcios, griegos y romanos. Se detuvo exitosamente el progreso de la medicina en toda Europa mientras que persiguió a quienes se aferraban a principios y prácticas tradicionales de curación. Las antiguas artes curativas, conservadas sólo mediante tradición oral por los iniciados, se convirtieron en algo escondido u 'oculto'.

Fue un médico árabe y discípulo de Aristóteles, Avicena (980 a alrededor de 1037), quien desarrolló el arte de la curación. En su obra, Canon de Medicina, dejó en claro la importancia vital del color en el diagnóstico y el tratamiento. Avicena se dio cuenta que el color era un síntoma observable de enfermedad, así que elaboró una tabla que relacionaba el color con el temperamento y la condición física del cuerpo. Utilizaba el color en el tratamiento, insistía en que el rojo movía la sangre, el azul o el blanco la enfriaba y el amarillo reducía el dolor y la inflamación, prescribía pociones de flores rojas para curar trastornos de la sangre, y flores amarillas y el sol de la mañana para curar trastornos del sistema biliar.

Avicena también escribió sobre los posibles peligros del color en el tratamiento, observando que una persona con hemorragia nasal por ejemplo, no debía ver objetos de color rojo brillante o estar expuesto a luz roja, ya que esto estimularía el humor sanguíneo, mientras que el azul lo calmaría y reduciría el flujo de sangre.

El Renacimiento vio un resurgimiento del arte de la curación en Europa. Uno de los curanderos más famosos del periodo fue Theophrastus Bombastus von Hohenheim (1493-1541), conocido como Paracelso, que atribuía su comprensión de las leyes y prácticas de la medicina a sus conversaciones con brujas (mujeres que básicamente eran curanderas paganas expulsadas por la Iglesia).

Paracelso consideró a la luz y al color como algo esencial para la buena salud, y los utilizó ampliamente en el tratamiento, junto con elixires, encantamientos y talismanes, hierbas y minerales. Un gran exponente de la alquimia, Paracelso insistió que su verdadero propósito no era hacer oro sino preparar medicinas efectivas, y empleó oro liquido para tratar males; de todo tipo, aparentemente con bastante éxito. En consecuencia, su fama como gran médico se extendió por toda Europa.

Iluminación, Ciencia y curación

Sin embargo, después de la Edad Media, Paracelso y otros alquimistas perdieron su prestigio como místicos, y la magia fue superada por el racionalismo y la ciencia. Para el siglo XVIII, la 'iluminación' había adquirido un nuevo significado. Era el nombre de un movimiento filosófico que enfatizaba la importancia de la razón y de la valoración critica de las ideas existentes. La razón dictaba que todo conocimiento debía ser cierto y evidente; se desechaba todo lo que pudiera causar duda. Como resultado, lo divino desapareció gradualmente del punto de vista científico del mundo.

Para el siglo XIX, el énfasis en la ciencia se concentraba exclusivamente en lo material, no en lo espiritual. Conforme la medicina se introdujo al sistema de la ciencia, también se concentró en el cuerpo físico material, ignorando la mente y el espíritu. Con la llegada de la medicina y tratamientos como la cirugía y los antisépticos, declinó el interés en la curación con colores. No volvió a surgir hasta el siglo XIX, y entonces no en Europa sino en Norteamérica.

En 1876, Augustus Pleasanton publicó Azul y las luces del 501, en donde informó de sus descubrimientos de los efectos del color en plantas, animales y humanos. Afirmó que la calidad, la producción y el tamaño de las uvas se podían aumentar significativamente si se cultivaban en invernaderos con hojas de vidrio de colores azul y transparente en forma alterna. También informó haber curado ciertas enfermedades, aumentado la fertilidad y la velocidad de maduración física en animales al exponerlos a luz azul. Pleasanton también sostuvo que la luz azul era efectiva para tratar enfermedades y dolor humanos. Su obra logró defensores, pero el sistema médico la desechó por no ser científica.

Sin embargo, en 1877, un distinguido médico, el doctor Seth Pancoast, publicó Luces Azules y Rojas, en la que también abogaba el uso del color en la curación.

Los Principios de la Luz y el Color de Edwin Babbit se publicó en 1878; la segunda edición, publicada en 1896, atrajo la atención mundial. Babbit promovió una teoría completa de curación con colores. lentificó al color rojo como un estimulante, principalmente de la sangre, y en menor grado de los nervios; el amarillo y el anaranjado como estimulantes nerviosos; el azul y el violeta como tranquilizantes de todos los sistemas y con propiedades anti inflamatorias. De acuerdo a esto, Babbit prescribía rojo para parálisis, consunción, cansancio físico y reumatismo crónico; amarillo como laxante, emético y purgante, y para dificultades bronquiales; azul para condiciones inflamatorias, ciática, meningitis, dolor de cabeza nervioso, irritabilidad e insolación. Babbit desarrolló diversos aparatos, incluyendo un gabinete especial llamado Thermolume, que utilizaba vidrio de color y luz natural para producir una luz con color; y el Cromodisco, un aparato con forma de embudo con filtros especiales de color que pueden colocarse a varias partes del cuerpo.

Babbit estableció la correspondencia entre colores y minerales, que utilizó como suplementos para el tratamiento con luz de color, y desarrolló elíxires irradiando el agua con luz solar filtrada a través de lentes de color. Afirmaba que esta agua 'potentizada' retenía la energía de los elementos vitales del filtro particular de color que utilizaba, y que tenía un notable poder curativo. Muchos terapeutas de color aún hacen y utilizan en la actualidad las tinturas solares de este tipo.

Entonces surgieron los cromópatas por todo Estados Unidos e Inglaterra, y desarrollaron extensas prescripciones de color para toda enfermedad concebible. Para finales del siglo XIX, la luz roja se empleaba para prevenir la formación de cicatrices en los casos de viruela, y después se informó de curaciones sorprendentes entre pacientes de tuberculosos expuestos a luz solar y rayos ultravioletas. Sin embargo, la profesión médica se mantuvo escéptica a cualquier afirmación de curación con color.

La ciencia del siglo XX y la curación con color

Se llevaron a cabo investigaciones sobre los usos terapéuticos del color en Europa a principios del siglo XX, principalmente Rudolph Steiner, quien relacionó el color con figura, forma y sonido. Sugirió que la cualidad vibratoria de ciertos colores se amplifica gracias a ciertas figuras y que determinadas combinaciones de color y forma tienen efectos destructivos o regenerativos en los organismos vivos. En las escuelas inspiradas por la obra de Steiner, los salones de clase están pintados y texturizados para corresponder al estado de 'ánimo' de los niños en diferentes etapas de su desarrollo.

Theo Gimbel continuó la obra de Rudolph Steiner, quien estableció los Estudios l1ygeia y el Colegio de la Terapia de los Colores en Inglaterra. Entre los principios explorados por Gimbel se encuentran las afirmaciones de Max Lüscher, un antiguo Profesor de Psicología de la Universidad de Basle, quien afirmaba que las preferencias de color demuestran estados de la mente y desequilibrios glandulares, y se pueden utilizar como base para diagnóstico físico y psicológico. La teoría de Luscher, que representa la base del Test de Colores Lüscher, se sustenta en la idea de que el significado del color para el hombre se origina al principio de su vida, cuando su conducta estaba regida por la noche y el día. Lüscher creía que los colores asociados con estos dos entornas (amarillo y azul oscuro) estaban relacionados con diferencias en la tasa metabólica y las secreciones glandulares apropiadas para la energía que se requiere para el sueño nocturno y la caceria diurna. También creía que las respuestas autónomas (involuntarias) están asociadas a otros colores.

El científico ruso S. V. Krakov proporcionó el apoyo para las teorías de Lüscher, al establecer que el rojo estimula la parte simpática del sistema nervioso autónomo, mientras que el azul estimula la parte parasimpática. Sus descubrimientos fueron confirmados en 1958 por Robert Gerard de los Estados Unidos.

Gerard descubrió que el rojo era molesto para sujetos ansiosos o tensos, mientras que el azul tenía un efecto tranquilizador. El rojo producía sensaciones de excitación y el azul de calma, tranquilidad y bienestar. El descubrimiento de que la presión sanguínea aumenta bajo luz roja y disminuye bajo la azul condujo a Gerard a sugerir que la activación psicofisiológica aumenta con la longitud de onda de azul a rojo.

Aunque cauto respecto a sus descubrimientos e insistiendo en la necesidad de mayor investigación, Gerard destacó los posibles beneficios terapéuticos del color azul y lo recomendó como terapia complementaria para el tratamiento de diversas enfermedades. Entre otras sugerencias, Gerard señaló los posibles usos del azul como tranquilizante y relajador en personas ansiosas y como forma de reducir la presión sanguínea en el tratamiento de la hipertensión.

El doctor Harry Wohlfarth también mostró que ciertos colores tienen efectos mensurables y predecibles en el sistema nervioso autónomo de la gente. En numerosos estudios, descubrió que la presión sanguínea, el pulso y la tasa respiratoria aumentan más bajo luz amarilla, moderadamente bajo anaranjada y lo mínimo bajo roja; mientras que disminuyen más bajo la negra, moderadamente bajo la azul y lo mínimo bajo la verde.

Investigaciones posteriores en plantas y animales que llevó a cabo el fotobiólogo doctor John Ott también demostraron los efectos del color en el crecimiento y el desarrollo. Se encontró que las plantas que se cultivaron bajo cristal rojo crecían cuatro veces más rápido que las cultivadas con luz solar normal y que crecían mucho más lentamente bajo cristal verde. Sin embargo, aunque la luz roja estimulaba en exceso a as p antas a principio, su crecimiento se detenía posteriormente, mientras que la luz azul producía un crecimiento más lento al principio pero después plantas más altas y gruesas.

Los roedores que se mantienen bajo plástico azul crecen normalmente, pero si se mantienen bajo plástico rojo o rosa, su apetito y Velocidad de crecimiento aumentan. SI se mantienen bajo luz azul los animales tienen pelambre más denso.

Durante la década de 1950, los estudios sugerían que la ictericia neonatal, una enfermedad potencialmente fatal que se encontraba en dos terceras partes de los bebés prematuros, se podía tratar con exposición a la luz solar. Esto se confirmó en la década de 1960 Y la luz blanca reemplazó a las transfusiones sanguíneas de alto riesgo en el tratamiento de esta enfermedad. Después se descubrió que la luz azul era más efectiva y menos peligrosa que la luz de espectro completo, y ahora es la forma más común de tratamiento para la ictericia neonatal.

La luz blanca de amplio espectro también se está utilizando en este momento para el tratamiento de cáncer, trastornos afectivos estacionales (llamados depresión de invierno), anorexia y bulimia nerviosa, insomnio, desfase horario, dependencia de alcohol y drogas, cambio de turno en el trabajo y para reducir los niveles generales de medicamentos.

Se encontró que la luz azul que tiene éxito en el tratamiento de la ictericia neonatal también es efectiva para el tratamiento de artritis reumatoide. En estudios de McDonald, la mayoría de las personas expuestas a luz azul por periodos variables de hasta quince minutos experimentaban una disminución significativa del dolor. Se concluyó que la reducción del dolor estaba directamente relacionada con la luz azul y con el tiempo de exposición a ella. La luz azul también se empleó para curar tejidos dañados y para prevenir la formación de tejido de cicatrización, en el tratamiento de cáncer y tumores no malignos y en condiciones de piel y pulmones.

En 1990, científicos informaron a la conferencia anual de la Asociación Norteamericana para el Avance de las Ciencias sobre el uso exitoso de la luz azul en el tratamiento de una amplia variedad de problemas psicológicos, incluyendo adicciones, trastornos de la alimentación, impotencia y depresión.

Aplicaciones recientes del color a la curación

Al otro extremo del espectro de color, se ha mostrado que la luz roja es efectiva para el tratamiento de la migraña y del cáncer. Como resultado, el color se está empezando a aceptar ampliamente como herramienta terapéutica con diversas aplicaciones médicas. Una nueva técnica, que se ha desarrollado en los Estados Unidos en las últimas dos décadas como resultado de investigación pionera, es la terapia fotodinámica. Se basa en el descubrimiento de que ciertas sustancias químicas fotosensibles, inyectadas intravenosamente, no sólo se acumulan en las células cancerosas sino que selectivamente identifican estas células bajo luz ultravioleta. Estas sustancias químicas fotosensibles pueden destruir eh forma exclusiva las células cancerosas cuando se activan con luz roja, cuya longitud de onda más grande le permite penetrar a los tejidos a mayor profundidad que otros colores. Esta terapia se ha empleado tanto para el diagnóstico como para el tratamiento. El doctor Thomas Dougherty, quien la desarrolló, informa que en un experimento a escala mundial más de 3,000 personas con una amplia variedad de tumores malignos fueron tratadas exitosamente con esta técnica.

Otras aplicaciones terapéuticas del color

El color también se emplea terapéuticamente en diversas instalaciones no médicas. En algunos casos, sus efectos han sido por completo accidentales, como en un informe que me envió el director de una prisión recién construida en la que cada una de las cuatro alas estaba pintada en un color diferente. Tanto él como su personal descubrieron que la conducta de los prisioneros variaba significativamente dependiendo de en qué ala vivían, aunque su asignación a cada una había sido al azar. Los que estaban en las alas rojas y amarilla tenían mayor tendencia a la violencia que los de las alas azul y verde.

La investigación experimental da apoyo a estas observaciones. Se ha descubierto que ver luz roja aumenta la fuerza del sujeto por 13.5 por ciento y produce 5.8 por ciento más actividad eléctrica en los músculos del brazo. Por esta razón, ahora se emplea para mejorar el desempeño de los atletas. Mientras que la luz roja parece ayudar a los atletas que necesitan explosiones rápidas y cortas de energía, la luz azul ayuda en desempeños que requieren una producción más constante de energía.

En comparación, se ha descubierto que el rosa tiene un efecto tranquilizante a unos cuantos minutos de la exposición. Suprime la conducta hostil agresiva y ansiosa, interesante si se considerara la asociación tradicional con las mujeres en la cultura occidental. Las celdas de color rosa se usan ampliamente para reducir conducta violenta y agresiva entre prisioneros, y algunas fuentes han informado de una reducción de la fuerza muscular en presos en 2.7 segundos. Parece que cuando se encuentran en un entorno rosa, las personas no pueden ser agresivas, incluso si lo desean, ya que el color agota su energía.

En contraste, se debe evitar el amarillo en tales contextos ya que es muy estimulante. Gimbel ha sugerido una posible relación entre el crimen callejero violento y la iluminación de sodio amarillo de las calles.

La investigación también ha mostrado que los anteojos de color pueden ser muy efectivos en el tratamiento de las dificultades de aprendizaje, en especial en la dislexia. Esto lo descubrió primero la psicóloga norteamericana t1elen Irlen, pero se trató con escepticismo hasta que investigaciones recientes del Consejo Británico de Investigación Médica confirmaron las afirmaciones de Irlen. En junio de 1993, un nuevo aparato óptico, llamado Colorimetro Intuitivo se puso a disposición de los oculistas británicos de manera que puedan medir cuál tinte (rosa brillante, amarillo, verde o azul) ayuda más a las personas que normalmente ven el texto que se arremolina, tiembla o con letras que aparecen en un orden equivocado.

Comprensión contemporánea de los efectos físicos del color

Hasta hace poco, se pensaba que la función de la luz estaba relacionada principalmente con la vista. Sin embargo, ahora está bien establecido que no es necesario ver el color en realidad para que tenga efectos psicológicos y fisiológicos definidos. También los pueden distinguir sujetos ciegos, ciegos al color y vendados. Este fenómeno, al que se llama visión sin vista, visión dermoóptica o biointroscopia, se ha investigado desde la década de 1920, cuando se estableció que sujetos hipnotizados y vendados podían reconocer colores y formas con la frente y que sujetos vendados no hipnotizados podían describir con precisión colores y formas que se les presentaban bajo un cristal.

La investigación en Rusia durante la década de 1960 fue estimulada por los estudios de Roza Kulesheva, la cual al ser vendada podía distinguir color y forma con la punta de los dedos y también podía leer de esta forma. Otros experimentos descubrieron que Kulesheva no era excepcional; uno de seis sujetos de experimentación podía reconocer color con las puntas de los dedos después de sólo 20 a 30 minutos de entrenamiento y las personas ciegas desarrollaron esta sensibilidad incluso con mayor rapidez.

Algunos sujetos que podían distinguir color correctamente manteniendo sus dedos de 20 a 80 cm sobre tarjetas de color describieron experimentar sensaciones diversas, desde piquetes de aguja hasta brisas ligeras, dependiendo del color. Incluso cuando se controlaron las diferencias de calor, de estructura de los I materiales teñidos y otras variables, las personas aún eran capaces de distinguir los colores con exactitud, sin importar si se ponían bajo vidrio, papel calca, papel aluminio, láminas de bronce o cobre. Este fenómeno continúa siendo un misterio.

Comprender estos efectos sólo se ha producido como resultado de investigación en las hormonas melatonina y serotonina, sustancias que produce la glándula pineal en el cerebro. Se sabe que la melatonina es la vía química crucial mediante la cual los animales responden a la luz y sincronizan su funcionamiento corporal con las variaciones diurnas, lunares y estacionales. La serotonina es un neurotransmisor muy importante para el cerebro, cuya acción se ha relacionado con trastornos mentales como esquizofrenia y estados de alucinación.

La serotonina se produce durante el día y es estimulante, mientras que la producción de melatonina, que se relaciona con el sueño, aumenta cuando está oscuro y tiene un efecto general depresivo. Esto se invierte cuando hay luz y se reduce la producción de melatonina. Su principal sitio de acción parece ser el hipotálamo, la porción del cerebro que participa en la mediación de los efectos de diversas hormonas y regula las emociones. Sin embargo, los cambios en la producción de melatonina en respuesta a la luz influyen en todas las células del cuerpo, en especial en los procesos reproductivos, que son muy sensibles a estas variaciones. Se han encontrado niveles muy elevados de melatonina en mujeres con problemas de ovulación y anorexia nerviosa, una de cuyas características es la amenorrea, o ausencia de periodos, en hombres con número bajo de espermatozoides y en personas que sufren de trastorno afectivo estaciona!, que por lo general se presenta durante el invierno.

La depresión en general parece estar muy relacionada con el nivel de la melatonina y las personas que tienen este mal muestran una rápida mejoría en respuesta a la luz solar natural o a la terapia de luz que utilice lámparas de espectro amplio. La investigación también ha confirmado que ciertas partes del cerebro sólo son sensibles a la luz sino que en realidad responden de manera distinta a diferentes longitudes de onda; en la actualidad se cree que las diferentes longitudes de onda (colores) de la radiación interactúan de manera distinta con el sistema endocrino para estimular o reducir la producción de hormonas.

Así, se podría pensar que la curación actual con color se basa en los descubrimientos de la ciencia occidental en las últimas décadas. Sin embargo, se basa en una ciencia totalmente más antigua y esotérica, cuyos principios y prácticas aún deben reconocer, además de verificar, los científicos occidentales. La curación con color está enraizada en el misticismo antiguo, cuyos principios básicos son comunes a muchas culturas diferentes de todo el mundo.

Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40