CONTROL DE DOLOR CON FANTASIAS DE COLOR

CONTROL DE DOLOR CON FANTASIAS DE COLOR

He sugerido que con el fin de evitar los sentimientos desagradables, las personas reducen o detienen la transmisión de energía de los chakras relevantes, lo que al final conduce a problemas psicológicos y físicos. Las experiencias que se evitan con más frecuencia son las que causan dolor, sea físico o emocional. Bloquear el dolor de esta forma conduce a tensión, la cual a menudo aumenta el dolor físico existente y genera otros. También prepara una cadena de eventos que pueden producir enfermedades (tanto psicológicas como físicas) y más dolor. En última instancia, esforzarse por evitar el dolor mediante bloquear los sentimientos desagradables es derrotarse uno mismo. De hecho, el dolor se puede concebir como causa y efecto de la energía bloqueada.

Como hemos visto, la formación de imágenes de color proporciona una indicación y visión valiosa de la naturaleza y localización de las obstrucciones de energía en el cuerpo, no sólo de las tensiones y dolores existentes sino de los dolores potenciales. La formación de imágenes se puede utilizar para relajar estas tensiones y dolores, y para fomentar y regular el flujo saludable de la energía en el cuerpo. Se puede utilizar para modificar el dolor y es valiosa no sólo para valorar el dolor sino controlarlo y tratarlo. El siguiente ejercicio es a la vez simple y muy efectivo.

Ejercicio 6

Relájate tanto como sea posible en cualquier forma que sea la más apropiada para ti. Después identifica las áreas de dolor residual de tu cuerpo o las áreas en que suele presentarse dolor. Concentra tu atención en cada una de esas áreas, una por vez, permite que se forme una imagen en respuesta a las sensaciones que experimentas en ella. Trata de no influir en ella o censurarla. Si nada te llega a la mente, no 'trates' de producir una imagen, sólo relájate más mientras mantienes la concentración fija en el área en cuestión. Cuando surja una imagen, nota sus características, prestando especial atención al color, la forma y el tamaño, y notando cualquier pensamiento, recuerdo o impresión. Pregúntate qué puedes aprender sobre tu dolor con esta imagen; quizá descubras que puedes interactuar con ella. De ser así, pregúntale qué hace allí y por qué; qué está haciendo o qué puede hacer por ti, y qué puedes hacer por ella.

Ahora trata de cambiar el color de la imagen y mientras lo haces, date cuenta de cualquier sensación en tu cuerpo y tus reacciones mentales y emocionales. Después cambia su forma y tamaño; experimenta con tantos cambios como puedas y date cuenta de tus reacciones físicas, mentales y emocionales mientras lo haces. Después, encoge el dolor y proyéctalo hacia fuera de tu cuerpo, tanto como puedas, hasta que desaparezca. Si lo deseas, permite que el dolor reaparezca y vuelva a su posición original en el cuerpo, notando mientras lo hace cualquier cambio de las sensaciones. Luego permite que la imagen se desvanezca, vuelve a la conciencia ordinaria y registra tu experiencia.

Comentario

Cuando se les pide que dibujen su dolor, por lo general los adultos y los niños utilizan los colores negro, rojo, anaranjado, café y con menos frecuencia púrpura y verde. Entre más intenso es el dolor, más probable que usen el rojo y el negro para producir dibujos grandes. Es típico que los niños dibujen formas abstractas, angulares y puntiagudas para describir el dolor agudo, reflejando la sensación de 'agudeza'. El dolor menos agudo se muestra como algo más liso, con curvas en lugar de contornos dentados. Es menos probable que los adultos tracen figuras abstractas que los niños y es más probable que añadan palabras y frases.

Pocas personas tienen algún problema para crear Imágenes de su dolor. Un examen detenido de las diversas características de las imágenes puede permitir una valiosa comprensión. Sin embargo, para muchas personas los efectos de cambiar sus imágenes en diversas formas son sorprendentes y dramáticos. Al hacerla, descubren que tienen un cierto grado de control sobre su dolor, y por lo tanto de su experiencia con él.

Algunas personas descubren que cambiar el color del dolor tiene efectos inmediatos. Cambiar los dolores de color rojo o anaranjado a azul o verde puede producir alivio. El dolor de cabeza por migraña o tensión responde bien al azul, el cual por lo general parece tener un efecto tranquilizador cuando se sustituye por otros colores. Las sensaciones que aparecen de color 'negro y azul' responden bien a rojo y anaranjado; y cuando el color del dolor es brillante, el simple diluirlo puede producir una marcada mejoría de reducir el dolor.

Experimentar con los colores debe revelar cuál es el más apropiado para un dolor determinado, pero alguna indicación en cuanto a la naturaleza y la fuente del dolor, y de la forma más apropiada para controlarlo, puede obtenerse con el color o colores de la imagen inicial. Mientras que el rojo y el anaranjado se asocian al dolor físico, el sistema músculo esquelético y las partes inferiores del cuerpo, el dolor amarillo sugiere la posibilidad de asuntos más mentales; la tensión mental debe considerarse como un factor básico o contribuyente importante, junto con temas relacionados, como el miedo y la ansiedad.

Cuando aparece el verde, los factores emocionales y las relaciones personales tienen algo que ver. Cuando el azul es un factor, puede ser necesario considerar quién o qué es un 'fastidio' o incluso si tú eres un 'dolor' y cómo afecta esto tu expresión personal y la forma en que te consideran los demás. El azul oscuro también presenta la posibilidad de factores mentales o psicológicos, como depresión, que respaldan o contribuyen al dolor. El dolor púrpura puede indicar desilusión, pérdida de la esperanza, de la dirección y del propósito. El negro, el café y el gris sugieren negatividad y que la negación tiene una función significativa en la experiencia del dolor.

Puede parecer extraño que el ejercicio permita a las personas restaurar su dolor en su ubicación original y que en vez de eso la gente estaría satisfecha de liberarse de él y que no vuelva. Sin embargo, a muchas personas la idea de que el dolor desaparezca les produce ansiedad. Por lo general, en un examen más detallado emerge que esas personas necesitan su dolor porque satisface alguna función importante en su vida. Puede ser una forma para lograr la atención de otros o puede liberarlas de actividades u obligaciones desagradables e indeseables. Si descubres que eres una de las personas que están renuentes o que no pueden dejar que su dolor desaparezca por completo, pregúntate qué función tiene en tu vida y si es posible satisfacer esta necesidad en otra forma menos dolorosa.

Cambiar el color, la forma y el tamaño del dolor puede tener efectos inmediatos y duraderos. Puedes esperar que en la mayoría de los casos sea de corta duración el alivio experimentado y que el dolor regrese. Es seguro que si esperas que el dolor vuelva, quizá lo haga. Sin embargo, si puedes lograr incluso un alivio pasajero del dolor, puede ser suficiente para persuadirte que tienes el poder para controlarlo y que con práctica puedes mejorar la habilidad y extender los periodos libres de dolor. Durante su primer intento de visualización de este tipo, Cathy experimentó alivio de una lesión de la cadera de largo tiempo, producto de años de entrenamiento de baile. Esto la persuadió a continuar y después de dos semanas, no tenía dolor y pudo usar zapatos de tacón. Alto por primera vez en años. June trato con éxito una lesión de rodilla de largo tiempo y Fred superó un codo de tensita también muy antiguo. Shirley logró un alivio significativo de su artritis reumatoide al modificar sus imágenes verdes.

Muchas de las personas que emplearon con éxito las imágenes de color se dieron cuenta de las palabras que Kahlil Gibran puso en boca de El Profeta: Gran parte del dolor lo escoge uno mismo.

Es la poción amarga con que el médico en tu interior cura a tu ser enfermo.


Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40