Elementos de afilado: piedras de afilar y asentar.-

Para el trabajo de la talla resulta imprescindible el perfecto afilado y asentado de las herramientas de corte. Esta es una labor que se puede realizar mecánica y manualmente. El afilado mecánico se reduce a la utilización de una esmeriladora eléctrica. Los mejores resultados se consiguen con piedras refrigeradas por agua y de baja revolución; con ello se logra que el acero de la herramienta no se destemple y además se tiene mayor control visual sobre el proceso. Lo mismo podemos obtener utilizando una piedra de afilar al agua o al aceite y bastante paciencia, hasta rehacer el filo de la herramienta y el bisel adecuado para el trabajo que vamos a realizar (ángulo mayor para maderas duras y menor para las blandas). No obstante, esto no es suficiente para la precisión de corte que necesita el tallista en su herramienta. Es imprescindible el proceso de afinado o asentado de la misma, el cual se consigue utilizando una piedra de grano finísimo lubricada con aceite. Se utilizará una piedra plana para los formones y los biseles exteriores de las gubias y piedras con formas específicas para los interiores. Tras este proceso, en el cual se desprende la rebaba residual del afilado previo, la herramienta estará preparada para trabajar, pudiendo probar si el afilado ha sido correcto cortando a contraveta una madera blanda, por ejemplo el pino; Si el corte es limpio y suave y no quedan grietas en la madera, la herramienta está preparada para su uso. Existen artesanos que tras este paso todavía realizan otro, que consiste en el suavizado a base de una tira de piel o cuero tratados con óxido de hierro y sebo.
Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40