Cómo empuñar la armónica

Es normal adquirir nuestros propios hábitos a la hora de empuñar la armónica y acostumbrarnos a ello perdiéndonos así muchos de los efectos que se consiguen con una buena empuñadura.

Podemos empezar de la manera explicada a continuación.

Para empezar a tocar, orientamos la armónica con las notas bajas (las más graves) a la izquierda (los números grabados en las placas o cubiertas protectoras siempre arriba). Se empuña la armónica según el gráfico, primero con la mano izquierda como se muestra que es la mano que agarra la armónica y luego con la derecha que es la mano que sella la salida de aire:

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Esta sería la forma usual de cojerla. Con las manos cerradas y selladas según el grafico el volumen de las notas disminuye y es más suave. Al abrir la mano derecha el volumen aumenta.
Esta empuñadura puede resultar algo incómoda al principio, pero como en todo una vez nos acostumbremos a ella lo haremos de forma automática y con la práctica descubriremos poco a poco la gran cantidad de efectos que podemos conseguir.

1.

Antes que intentar de buenas a primeras conseguir ejecutar rápidamente melodías enteras, es mucho más importante empezar por algo más básico aún: el ritmo.
De nada nos sirve trabajar durante horas intentando tocar todas las notas de cualquier melodía si antes no dominamos su ritmo (la duración de las notas, los silencios...).
Para ejercitar el ritmo, sirve cualquier cosa sin tener que practicar siquiera con la armónica: una canción de fondo que escuchemos en la radio, nuestro cd favorito, la alarma de un coche en la calle, el ruido de unas obras, el goteo de un grifo... siguiéndolo a ser posible con el pie o la mano. Puede sonar una tontería pero es una forma de que algo se nos grabe más facilmente.
Si de verdad dominamos el ritmo, las notas saldrán con mayor sentido incluso aunque las melodías sean de lo más simple. Por eso es tan importante practicar, improvisar ritmos antes que prestar toda la atención a las notas de una melodía.

2.

En estos primeros comienzos tener en cuenta la técnica de la nota simple (tocar con claridad notas únicas y no acordes de más de una nota, soplando o aspirando por mas de un canal a la vez) de modo que tus notas y melodías sean claras y perfectamente reconocibles.

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3.

Una correcta embocadura consiste en introducir la armónica lo más posible dentro de la boca pero sin aplicar fuerza, sellando la armónica con los labios y procurando mantener la boca lo más abierta posible, con comodidad, para aumentar la resonancia de las notas.
Recordar que cuanto más introduzcamos la armónica dentro de la boca sin perder las notas simples mejor interpretaremos.

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Humedecer siempre los labios para tocar la armónica y procurar mantenerlos siempre húmedos para que el instrumento se deslice fácilmente.

4.

Al cambiar de celda a lo largo del instrumento moveremos siempre la armónica no la cabeza. Procuraremos mantener siempre la cabeza y los labios estáticos mientras movemos la armónica al tocar. Más adelante cuando ya tengamos confianza y algo de rapidez se puede utilizar mejor el movimiento de la cabeza para las notas alternas por ejemplo en lugar de mover la armónica.
Una tendencia al principio es la de separar los labios cuando cambiamos de celda. La boca siempre debe estar pegada a la armónica, sellándo la/s celda/s que queramos usar y nunca levantar los labios al ir de una celda a otra.

5.

En el comienzo no es necesario hacer demasiado énfasis en la respiración. Sólo evitar por el momento soplar o aspirar con los labios o la boca, hay que relajarse e intentar soplar y aspirar a través de la armónica y la boca. Usar para ello la respiración abdominal usando el estómago (el diafragma) y no solo los pulmones. En muchas de nuestras primeras interpretaciones encontraremos con que nos quedamos fácilmente sin aliento o al contrario con tanto aire en los pulmones (sobre todo en 2ª posición) que no podemos continuar. Casi intuitivamente y con la práctica economizaremos aire, mejoraremos la técnica y lograremos las mismas interpretaciones con total facilidad.

6.

Es común al principio encontrarnos con que hay algo raro con la celda 2 al aspirar, con otras celdas en la parte baja (izquierda) y con las notas altas sopladas e incluso aspiradas produciendo unos desagradables chirridos agudos. En la inmensa mayoría de los casos, por no decir todos, el problema está en la técnica y no en un fallo de la armónica cómo seguramente pensaríamos. La celda 2 aspirada tiene tendencia hacia el bending para los principiantes por lo que la nota suena "ahogada". Como remedio nos ayudará abrir algo más la boca, manteniendo bien sellada la celda con los labios y aspirar suavemente.
Celda número 2 aspirada (armónica en C) (colaboración de Leandro Chiussi).
Esto es normal por extraño que nos parezca. Cada lengüeta tiene su propia resonancia que se traduce en diferentes formas de soplar o aspirar para que suene con normalidad (fuerza, caudal de aire, respiración, notas simples, etc.) de forma que si soplamos o aspiramos demasiado en determinadas celdas las lengüetas pueden saturarse, bloquearse o sonar mal y al contrario si no soplamos o aspiramos con más fuerza en otras, las lengüetas no llegan a vibrar y no se procude ningún sonido.
Repetimos una vez más: no es un diseño defectuoso ni tampoco un defecto sino un problema de falta de técnica normal en principiantes.

7.

En los principios es realmente sorprendente la cantidad de saliva que entra en la armónica hasta hacerla literalmente chorrear. Una vez más seguramente pensaríamos que algo no va bien. He escuchado y leído incluso recomendaciones sobre armónicas que "no chorrean" y otras que "chorrean" saliva. En realidad no es más que otro síntoma de que estamos comenzando a practicar con la armónica y que todo va bien. A medida que adquirimos soltura y vamos conociendo el instrumento, economizando aliento y mejorando nuestra técnica, la saliva deja de convertirse en un problema, el chorreo desaparece por completo y prácticamente sólo humedecemos la embocadura y poco más.

8.

Mantener una buena postura, espalda recta, cabeza alta y cuerpo relajado. Cualquier tipo de agarrotamiento, tensión, malas posturas que producen cansancio etc. son contraproducentes en la práctica no sólo de la armónica sino de cualquier instrumento musical.

9.

Como con cualquier otro instrumento musical, es siempre preferible practicar poco tiempo pero con mucha frecuencia antes que dedicar una sesión larga para luego dejarlo hasta el mes que viene.

10.

Una grabadora (de cassette, digital o usando cualquier programa en tu ordenador o PC) puede ser de gran ayuda porque nos permite escuchar nuestro propio avance en las técnicas. Incluso hacer "karaokes": nuestra canción o melodía favorita de fondo mientras grabamos nuestra propia interpretación nos servirá de guía en nuestras prácticas.

11.

Escuchar todas las grabaciones, discos, CDs, etc. sobre armónica que se nos ponga por delante y practicar con lo que más nos guste. En el apartado software encontraremos programas para reproducir lentamente cualquier grabación sin cambiar de tono, ideales para practicar con melodías y escalas difíciles a velocidades bajas.
No es recomendable intentar que nos salga a la primera melodías enteras como por arte de magia. Practicar con cosas muy simples pero teniendo en cuenta todo lo anterior además de lo explicado en el apartado técnicas comunes, especialmente lo de producir notas simples y limpias.

12.

Practicar con melodías muy simples (riffs, frases cortas) a base de escuchar e intentar imitar de memoria es muy productivo y mucho más eficaz cuando tengamos que ejecutar melodías largas más adelante.
Para ello puedes practicar con los ejemplos en audio (mp3) de las secciones escalas y frases (riffs/licks).

13.

Abordar el bending desde el principio. No es una técnica fácil y necesita práctica y aunque no lo hagamos muy bien, es mejor practicar con ellos desde el comienzo en nuestros ejercicios. Recuerda: en las técnicas el éxito consiste en ir despacio al principio.

14.

La armónica es fácil, pero llegar a tocar realmente bien es difícil a pesar de la publicidad de esos métodos rápidos y sencillos y nos llevará muchísima práctica. No pierdas el tiempo preocupándote de si avanzas o no, al contrario, diviértete. Con el tiempo mejorarás progresivamente y recuerda que no es obligatorio ser un virtuoso para tocar bien un instrumento musical.

¿Con qué tonalidades empezar?:
Es recomendable elegir para empezar una armónica en tonalidad de C (Do) por ser de una frecuencia media (las G son muy bajas y las F o F# son muy altas, C está justo en el medio) y además suele ser la que más se encuentra.

Un poco más adelante, cuando ya nos hayamos introducido en su ejecución podremos adquirir armónicas en otras tonalidades para cubrir más posibilidades.
Las más usadas para blues, rock, country y folk son en tono de A, Bb (Si bemol), C, D, E, F y G. Para Jazz, las mas usuales están en Bb, Ab, Eb, Db y F# (Fa sostenido).
Cuando tocamos sin acompañamiento la tonalidad de la armónica es indiferente y podemos elegir la que queramos, pero cuando tocamos junto a otro instrumento o con una música de fondo es imprescindible elegir un tono concreto, es decir utilizar una armónica en el mismo tono que la música a acompañar (1ª posición) o utilizar las tablas de conversión o el círculo de quintas para tocar en otras posiciones (para todo esto ver el apartado posiciones).

Como ya se ha explicado la armónica más grave es la de la tonalidad en G y la más aguda la F#. De grave a agudo tendríamos la siguiente sucesión de armónicas: G Ab A Bb B C Db D Eb E F F# aunque también podemos encontrar fácilmente armónicas que se fabrican en octava baja (por ejemplo Low F, Low E...) o también en octava alta (High G, etc...).

Normalmente para practicar por primera vez tanto notas normales como bendings es aconsejable como se ha dicho una armónica en C o en D que son un término intermedio. Con una armónica en F o F# es más dificil conseguir los bends por ser muy aguda, al contrario en una armónica en A que tiene un bello sonido grave resulta algo más duro conseguir notas sopladas en la octava baja, etc... Es decir cada tonalidad de armónica que usemos tiene su sonido, timbre, y características de ejecución únicas y particulares en algunos casos con diferencias muy notables a la hora de tocarlas.

Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40