Aunque se han hecho pocos estudios para averiguar si la gente más lista es más feliz, todo indica que la inteligencia no influye en la dicha.

Esto sorprende a primera vista, ya que las personas sesudas suelen ganar más y los ricos tienden a ser más felices.

Algunos investigadores creen que como los inteligentes tienen expectativas más altas, suelen trazarse metas muy ambiciosas. "Al parecer, sacar una puntuación alta en una prueba de inteligencia -lo que implica tener un vocabulario amplio y agilidad mental- no tiene mucho que ver con la capacidad para llevarse bien con los demás", dice de Diener, psicólogo de la Universidad de Illinois, en UrbanaChampaign, quien considera que la "inteligencia social" podría ser la clave de la verdadera felicidad


La felicidad y la genética
Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40