Diversos estudios han encontrado una relación entre la felicidad y el altruismo, pero como ocurre con muchos otros rasgos de conducta, no se sabe con certeza si ser caritativos nos hace sentir bien, o si la gente feliz tiende a ser más generosa.

James Konow, economista de la Universidad Loyola Marymount, en Los Ángeles, trató de determinar la causa y el efecto con un experimento. Pidió a unos estudiantes que contestaran un cuestionario, y hacia el final de la sesión les dio 10 dólares a la mitad y les dijo que podían compartirlos con los que no habían recibido nada. Konow observó que cuanto más felices eran los estudiantes en general, más tendían a compartir el dinero. Sin embargo, haber estado de buen humor el día de la prueba no los hizo más generosos, y los que compartieron el dinero no mostraron un aumento inmediato de felicidad. De hecho, al final estaban un poco menos contentos.

Con todo, los que compartieron el dinero tendían a presentar los rasgos de personalidad de quienes buscan realizarse plenamente; es decir, ser mejores como individuos. Konow cree que un acto aislado de generosidad no aumenta la felicidad de las personas, pero sí los efectos acumulativos de ser generoso.


La felicidad y la edad


Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40