EL ANTIGUO EGIPTO

De Egipto nos han llegado mapas estelares que datan del año 4.200 a. C., con fines astrológicos y astronómicos ya que tan sólo hace unos 300 años la astrología y la astronomía eran una misma cosa, y la misión de las técnicas científicas era de poder conocer o predecir las influencias de las fuerzas cósmicas sobre la vida.

Las pirámides de Egipto aún mantienen orgullosamente su puesto entre los ancestrales observatorios astronómicos. Están orientadas hacia el polo norte del firmamento, actualmente cercano a la estrella Polar, pero entonces situado muy próximo a la estrella Tuban (Alpha Dragonis). Las pirámides tuvieron la doble función de tumbas faraónicas y observatorios astronómicos.

En la antigüedad más remota, los egipcios practicaron una forma Mística de astrología que dependía del foco religioso y económico de su civilización: El Nilo. Este caudaloso río era la fuente de toda vida; las inundaciones, que aportaban fertilidad a las regiones desérticas, eran provocadas, según se creía por la acción conjunta del Sol y Sirio, la brillante estrella que como consecuencia adquirió inusitada importancia.

En la tumba de Ramses IV, Faraón que reinó durante la vigésima dinastía (1.200 - 1.085 a.C.) aparece un interesante mapa estelar con forma de hombre sentado. Según la Doctora Margaret Murray, era posible leer en este mapa las culminaciones de las estrellas cada hora de todas las noches del año.

Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40