GRECIA Y ROMA

La astrología apareció relativamente tarde en Grecia. No obstante, hacía el año 250 a.C., el astrólogo babilónico Berosus impresionó al mundo clásico con sus escritos, consiguiendo fundar una escuela de astrólogos en la isla de Cos. En los cuatrocientos años siguientes los griegos adaptaron la astrología caldea a sus propias tradiciones, haciéndola cada vez más formal y complicada. divulgaron un sistema de diagnosis, hasta entonces reservado a los soberanos y diseñaron un método para calcular el destino individual basándose en el momento del nacimiento.

El primer compendio moderno de astrología, el TETRABIBLOS, se atribuye al gran astrónomo, matemático y geógrafo Claudio Ptolomeo, nacido en Alejandría. Ptolomeo, uno de los mejores intelectuales de su tiempo, trabajó entre los años 150-180 de nuestra era y sentó las influencias cósmicas básicas que constituyen el meollo de la práctica astrológica moderna.

Bajo la cultura griega y con Ptolomeo en particular, el Zodíaco se racionaliza y se crean las bases de su funcionamiento que permanecen casi inalterables.

En la Roma imperial, los astrólogos llegaron a estar muy de moda. Sin embargo, no tenían asegurado, ni mucho menos, su sustento que en la mayoría de los casos dependía del capricho de cada emperador e incluso de las preferencias momentáneas de éstos.

A Tiberio, por ejemplo, loa astrólogos le vaticinaron su "alto destino" en el momento del nacimiento por lo que siempre se hizo rodear por ellos y los protegió. Juvenal los llamaba irónicamente el "rebaño caldeo".

Claudio, por su parte, prefirió dejarse orientar por los augures y desterró a los astrólogos.

Juvenal nos muestra la posición y el prestigio social que gozó la astrología durante su época en el siguiente comentario que fue escrito hacia el año 100: "Existen algunas personas que no son capaces de aparecer públicamente en banquetes o salas de baño si no han consultado antes las efemérides". Estas palabras hablan por sí solas de la importancia que llegaron a tener en Roma las prácticas astrológicas.

En Europa la tradición clásica muere con Ptolomeo en el año 180. La astrología empieza a declinar, fundamentalmente porque por estas mismas fechas se pierde la habilidad técnica para hacer observaciones y cálculos. A la caída del Imperio Romano la astrología se corrompe, y se convierte temporalmente en superstición.

Esta situación de la astrología constituyó una de las razones por la que la Iglesia Católica la atacó con todas sus fuerzas. Y ello, a pesar de la aparición de referencias astrológicas en el Nuevo Testamento. Los Magos del Evangelio de San Lucas son uno de los muchos ejemplos.

Sin embargo, no se perdió todo, y la Iglesia Oriental conservó cierto trato con la astrología científica.

Entre los primeros padres de la Iglesia empeñados en erradicar la astrología, la figura más formidable y eficaz fue San Agustín de Hipona (354-430), que si bien aceptó la astrología en su juventud, la condenó más tarde totalmente.

La astrología, según él, era en el mejor de los casos un fraude; y si los astrólogos acertaban a veces, ello era debido a que invocaban a los espíritus diabólicos.

Es interesante comentar que la Iglesia aunque condenó la astrología públicamente, gracias a sus bibliotecas y a sus estudios secretos ayudan a que la astrología no desaparezca y pueda resurgir después con más fuerza.

Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40