Los chakras ya son mencionados en la antigua literatura en sánscrito y este término llegó al mundo occidental por intermedio del Tantra-Yoga.

La palabra "chakra" significa rueda, volante, círculo. En las imágenes

de meditación, los yogui representan los chakras como flores de loto.

A cada chakra se le atribuyen diferentes cantidades de pétalos. La cantidad de pétalos asciende desde el chakra de la raíz, representado por una flor de loto de cuatro pétalos, hasta el mandala o chakra de la corona como una flor de loto con mil pétalos.

En algunas descripciones el chakra también es llamado "Padma" = Flor de Loto. La cantidad de pétalos da una breve información acerca del au­mento de la frecuencia de oscilación energética del chakra.

Los chakras son centros de energía de materia liviana en nuestro cuerpo, a través de los cuales estamos especialmente dispuestos a absor­ber Reiki.

Nuestro cuerpo consta de siete chakras principales, a los que me de­dicaré individualmente en los siguientes capítulos. Los distintos chakras están unidos por una corriente común de energía.

Los videntes pueden ver los chakras como círculos de diferentes co­lores que van girando. La visión de estos colores es algo individual y subjetivo. Los colores reconocidos por mí corresponden a los colores del espectro del arco iris y los voy clasificando al describir los distintos chakras.

Los chakras son el espejo de nuestro alma. Todas las experiencias, buenas o malas, que hemos obtenido en el transcurso de nuestra vida, influyen sobre la conducta de los chakras. Las vivencias y experiencias negativas producen bloqueos, que interfieren en la circulación de la ener­gía. De acuerdo con su predisposición, el ser humano reacciona ante su entorno en forma agresiva o introvertida.

Cada chakra tiene una clasificación espiritual y una física. Allí dón­de se lastiman nuestros sentimientos, no tardan en aparecer las dolen­cias físicas, y de esta forma se cierra el círculo.

Así como cada chakra pertenece a una zona emocional definida, los trastornos en esta zona pueden transformarse en molestias en los órga­nos, partes del cuerpo y procesos de metabolismo correspondientes. Con frecuencia, un chakra está bloqueado de tal forma que el ser humano se siente impotente, sin energía y carente de estímulos para la acción.

Como casi ningún otro método de tratamiento, Reiki nos ofrece la posibilidad de disolver estos bloqueos. A través de los chakras se intro­duce la energía positiva dada por el Reiki y la energía negativa sale. Cuando aplico Reiki siento en mis manos la corriente de energía.

Por la intensidad de la energía que fluye, reconozco los trastornos en los chakras. Cuanto más energía fluye, tanto más obstruido está el chakra. No es posible aplicar una "sobredosis" de Reiki. El cuerpo únicamente acepta la cantidad de esta energía vital positiva que necesita o que en este momento está dispuesto a elaborar. Este tratamiento abre chakras, libera bloqueos e influye positivamente sobre eventuales síntomas de enfermedad.

La circulación de energía que une los chakras entre sí y a su vez con los órganos permite tratar cada enfermedad a través de su correspon­diente chakra.

La persona tratada puede presentar fuertes reacciones emocionales, por ejemplo un llanto liberador. Después se sienten tranquilos y relaja-dos. Sienten un enorme deseo de hablar sobre las sensaciones vividas y muchas veces descubren una intensa sensación de felicidad, no vivida en mucho tiempo.

Los procesos de sanación impulsados por Reiki pueden ser comple­mentados con otros métodos terapéuticos. Según mis experiencias, se consiguieron muy buenos resultados con las terapias con colores, con aceites aromáticos, con música, con piedras preciosas y con las flores de Bach. En mi consultorio prefiero el tratamiento con las flores de Bach.

Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40