CAMBIOS EN EL HOMBRE

Aproximadamente un 30% de los hombres alos 40 años describen dificultades en la

erección, esta cifra aumenta a un 70% a los 70 años. Desgraciadamenta las estadísticas son

de difícil adquisición por las implicancias psicológicas del tema y la renuencia de médicos

y pacientes a hablar del tema. El factor más fuerte asociado a estas alteraciones es la edad.

Existen ciertos cambios normales de la sexualidad con el envejecimiento. Existe un

enlentecimiento en la respuesta sexual, lo que es más notorio en el hombre. Además, el

hombre puede presentar menor fluido pre-eyaculatorio y menor fuerza de la eyaculación

asociada a disminución de la líbido. La causa de esta disminución gradual en la libido con

el envejecimiento es obviamente multifactorial, pero la secreción testicular de testosterona

juega un papel preponderante. Al envejecer, hay disminución gradual en el volumen

testicular y fibrosis global del testículo. Aún no se sabe si estos cambios relacionados con el

envejecimiento se deben a algún fenómeno celular primario, o en cambio a una

insuficiencia vascular progresiva. El último resultado, sin embargo, es una disminución

lenta pero persistente en la disponibilidad de la testosterona al envejecer, y una disminución

asociada en el interés sexual.

Los niveles de testosterona pueden disminuír levemente con la edad, sin embargo

una disminución mayor se puede observar con enfermedades crónicas y consumo de

alcohol.

Se observa con el tiempo una disminución de la respuesta peneana a la

estimulación, requiriendo a través del tiempo mayor cantidad de estímulo táctil directo para

lograr la erección. Esta situación se ha correlacionado con disminución de la respuesta

neuronal peneana, la cual puede verse afectada por cambios degenerativos asociados a la

ateromatosis o a enfermedades con alteraciones vasculares o neurales (ej. Diabetes

mellitus). La impotencia sexual se puede deber a factores tan diversos como stress, fatiga,

depresión, enfermedad orgánica, etc. Los factores sicológicos dan cuenta de

aproximadamente un 20% de las impotencias, y los factores orgánicos del otro 80%, pero

es frecuente encontrar una mezcla de ambos. Patologías de diversos sistemas pueden causar

disfunción sexual. Entre las más importantes se cuentan enfermedades vasculares como

isquemia y alteraciones del drenaje venoso del pene. Las neuropatías, como por ejemplo la

neuropatía diabética da cuenta de otro porcentaje importante de casos de impotencia.

Causas endocrinas y alteraciones estructurales del pene son relativamente raras en el

anciano y tienen mayor prevalencia en pacientes jóvenes con trastornos de la función

sexual. Déficit de vitamina B12 es otra causa relativamente frecuente en ancianos.

Las drogas siempre se deben tener en consideración en el diagnóstico diferencial de

disfunción sexual del anciano ya que explicarían alrededor de un 25% de los casos. Entre

las más comunes están las drogas antihipertensivas, especialmente beta bloqueadores,

antipsicóticos y antidepresivos. El consumo excesivo de alcohol también es causa frecuente

de disfunción sexual. Otras drogas pueden actuar mediante disminución de la líbido,

disminución de la excitación y alteraciones de la eyaculación y orgasmo.

En condiciones normales, los hombres se mantienen fértiles durante toda la vida.

Sin embargo con los años hay disminución del volumen de liquido seminal eyaculado y

disminución de la fuerza contráctil de los músculos durante la eyaculación.

Se describe también que el varón anciano presenta menor urgencia por alcanzar el orgasmo

lo cual permite un mayor control de la relación sexual y menor frecuencia de eyaculación

precoz

Los análisis de tratamiento de la disfunción erectil masculina muestran que algunas

drogas pueden ser efectivas.

La yohimbina, bloqueador alfa, muestra ser superior a placebo en las revisiones

sistemáticas con tratamientos entre 2 y 10 semanas con mejoría de la erección y rigidez

peneana en un 34% de los hombres estudiados, un 10% puede sin embargo, mostrar efectos

adversos como agitación ansiedad, cefalea o aumento de la presión arterial.

El sildenafil ha demostrado ser muy efectivo en al menos 6 trabajos placebo control

randomizados, el mayor de ellos con 861 pacientes, comparando el efecto de sildenafil una

hora antes de tener relaciones sexuales en dosis de 25, 50 y 100 mg. seguidos por espacio

de 32 semanas. El sildenafil fue efectivo en un 69% de los casos contra 22% del placebo

con efecto dosis dependiente. En hombres con diabetes también fue efectivo con mejoría en

un 56% versus ub¡n 10% en placebo. El fármaco está contraindicado en paciente con uso de

nitritos por el efecto hipotensor del sildenafil.

No hay evidencias de efectividad con uso de l-arginina o trazodona por via oral.

El uso de prostaglandina E1 por via intrauretral muestra efectividad en el 40% de

los pacientes tratados, pero un tercio de los pacientes sufren dolor peneano y hay gran

abandono de tratamiento. Algo similar ocurre con la inyección intracavernosa del fármaco

con erección satisfactoria en el 80% de los casos pero con alto abandono del tratamiento.

No existen buenos estudios que evaluen las válvulas de vacío o las prótesis

peneanas, sin embargo las comunicaciones existentes hablan que estas últimas son muy

bien evaluadas por los pacientes, por ahora se necesitan más datos en la literatura para

sustentar su uso.

Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:39