** Tradicionalmente se prepara en un hoyo en la tierra, con una profundidad de unos 50 cm, en la parte central y alrededor de un metro de diámetro.
    *El primer paso es encender fuego y calentar las piedras, hasta que estén “al rojo”.
    *Luego de eso, se retira la leña encendida y se esparcen las piedras. 
    *Acto seguido, se agrega los mariscos (2 sacos, aproximadamente) y  en la parte superior del montículo, se colocan las papas y sobre esto, una capa de pangues (la hoja de la nalca).
    *Alrededor de todo el  hoyo, se colocan ramas de arrayán o de algún otro árbol frondoso.
    *A continuación, es el turno de las legumbres (en las vainas) y de  los chapaleles, que aprendimos a preparar anteriormente.
    *Se sella todo con otra capa de pangues y “champas” de tierra, para evitar la fuga del vapor.
    *Todo lo anterior, se prepara de la manera más rápida posible, de modo de aprovechar al máximo el calor.

** El tiempo de cocción es de una a una hora y media.
** Esta es la preparación básica de un curanto, al que también se le puede agregar carne de cerdo ahumada o pollo. En Chiloé, a diferencia de otros puntos del país, el curanto NO incluye pescado.

**Como es de suponer, no todos tenemos a disposición 2 sacos de mariscos, por lo que existe una versión reducida, que se prepara en una olla, que contiene los mismos ingredientes, en menor cantidad además de una porción de agua o vino blanco y en la cual, además, se puede disfrutar del caldo resultante  de la cocción de los mariscos.
Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:40