Cómo usamos la Web

Uno de los errores más comunes a la hora de diseñar una página web es pensar que el usuario va a leerla como si se tratase de la página de un libro, comenzando arriba a la izquierda y leyendo de manera secuencial todo el contenido de la página, hasta el final. Además, tendemos a creer que va a dedicar un tiempo a averiguar cómo hemos organizado las cosas (en la propia página y en el sitio web en general) y que sopesará las distintas opciones que ésta le ofrece antes de decirse a pulsar en un determinado enlace.

Lo anterior se parece bastante poco al modo en que todos nosotros utilizamos la Web. En vez de eso, lo que hacemos la mayoría de usuarios de Internet es hojear las páginas, hacer lectura rápida de parte del texto y pulsar en el primer enlace que capta nuestra intención de un modo u otro, o que nos recuerda aquello que estamos tratando de hacer. Es decir, normalmente hay grandes porciones de la página para las que ni siquiera miramos.

Como afirma Steve Krug, el diseñador de la página muchas veces piensa que está haciendo literatura (o, cuando menos, una especie de folleto de un producto) mientras que el usuario se enfrenta a la Web con una actitud similar a la que mostramos ante las vallas publicitarias que vemos en la carretera mientras viajamos en su coche a cien kilómetros por hora.

Así pues, en vez de tratar de luchar contra esta actitud, lo que debemos hacer es asumirla y, sabiendo que casi nadie va a molestarse en leer detenidamente ni, mucho menos, en orden, el contenido de nuestras páginas web, trataremos precisamente de favorecer esa lectura rápida para captar la atención del usuario sobre aquellos aspectos más importantes de cada página.

En "Creación de sitios usables y arquitectura de la información" veremos algunas pautas de diseño que pueden ayudarnos a facilitar dicha lectura rápida.

Básicamente, de lo que se trata es ofrecer una clara jerarquía visual de la página, como siempre, desde el punto de vista del usuario, tratando de destacar aquello que consideremos más importante para él en cada contexto, y no lo que la empresa piense que es más importante.

Algunos de estos principios de diseño tienen que ver con el uso correcto del espacio en blanco, la eliminación del ruido de la página, omitiendo todo aquello que sea prescindible para así dar más preponderancia a lo fundamental, hacer que los enlaces resulten obvios (es decir, que el usuario sepa que ahí se puede pulsar), etcétera.

Última modificación: jueves, 7 de junio de 2018, 07:39