Mitos

Lavarse (bien) la cara es el gesto más importante de belleza. Averigua por qué

Limpiarse el rostro mucho o demasiado poco, hacerlo solo con agua o sin haberte lavado las manos previamente son algunos de los errores más comunes a la hora de lavarse la cara
lavarse bien la cara mitos y secretos
Chloé Wallace / Realización: Claudia Torres-Rondón

¿Cuántas veces limpias tu cara? Dos veces al día, bien; si te pasas o no llegas, mal. Y aunque la gran mayoría asumimos que lavarse el rostro no tiene ningún misterio y que lo hacemos bien, te sorprendería saber que más de un tercio de la población (y puede que tú estés incluida) no lo hace correctamente. Este es uno de los datos que se desprende de un amplio estudio realizado por Ipsos para Cerave entre 5.000 personas de 11 países (entre ellos, España). Llama la atención que aunque un 70% de los encuestados creía hacerlo bien, sorprendentemente sólo un 44% (menos de la mitad) aprobaría en esta materia.

Empezamos mal, porque la limpieza facial es un paso fundamental en nuestra rutina diaria, y lo es por varias razones, como resumen desde Cantabria Labs María Vitale e Inés Manso, directora médica y directora técnica de productos cosméticos y sanitarios, respectivamente: “Contribuye a la eliminación de las células cutáneas que fisiológicamente se descaman a diario, reduce el exceso de sebo y sudor de la superficie de la piel, elimina o disminuye todas aquellas sustancias provenientes de la contaminación ambiental (partículas, humo de tabaco, diesel, hidrocarburos aromáticos policíclicos, entre otros), contribuye a la absorción adecuada de las sustancias aplicadas sobre la piel y particularmente contribuye a reforzar la barrera cutánea”. Razones de peso para que lavarse la cara sea un gesto esencial en los cuidados de belleza, pero en el que se cometen muchos errores. “Los fundamentos de la limpieza facial (como el doble lavado diario y el cuidado de la barrera de piel) todavía son mal entendidos por una amplia gama de personas en todo el mundo”, comentaba la dermatóloga neoyorquina Michelle Henry a propósito de la presentación del estudio de Cerave.

¿Cuántas veces al día te lavas la cara?

Lavarse la cara dos veces al día es el equilibrio correcto, pero no durante mucho tiempo ni con productos demasiado agresivos”, ese es el consejo de Michael Cork, dermatólogo y profesor de la Universidad de Sheffield. “Por la mañana para aplicar los productos diarios sobre la piel limpia y por la noche para quitar todas las sustancias no deseadas y acumuladas a lo largo del día y aplicar los productos de tratamiento cosmético sobre la piel libre de impurezas y así mejorar su eficacia”, explican maría Vitale e Inés Manso. Sin embargo, según el estudio de Cerave, en nuestro país, aunque la mayoría lo hace al levantarse y antes de acostarse, un 43% de las personas encuestadas, no usa limpiador facial por las mañanas, sino solo agua. Error. “El agua sola no ejerce una correcta limpieza, tiende a secar la piel, por ello debemos utilizar limpiadores adecuados”, argumentan las expertas de Cantabria Labs, quienes además previenen también de limpiar en exceso el rostro, y que puede provocar irritación e incluso deshidratar la piel e inducir alteración de la función barrera que otorga la piel.

¡Atención a la función barrera!

Según el estudio de Cerave, un 60% de las personas encuestadas no piensa en la función barrera cuando elige un limpiador facial, y sin embargo, como explican las expertas de Cantabria Labs, esa función es esencial y debe permanecer intacta para que la piel nos pueda defender de las agresiones externas: contribuye a reducir el impacto de la polución ambiental, a evitar la pérdida de agua y, así, mantener la piel hidratada y aún más, a preservar la inmunidad cutánea, hecho de gran importancia en la actualidad. “De hecho, la barrera cutánea fortalecida reduce la agresión de la polución ambiental, sino también de la polución digital (luz azul de los dispositivos electrónicos) y de la fotopolución (radiación solar”). “Y un paso que contribuye a preservar la función barrera es la limpieza facial diaria”.

No vale cualquier jabón para limpiar el rostro

¿Eres del 40% que admite no saber qué tipo de limpiador facial es el mejor para tu tipo de piel? ¿Sabes la importancia de mantener un pH equilibrado? Según el estudio de Cerave, aunque un 67% de las personas cree que conoce su tipo de piel, solo un 29% ha consultado a un especialista para confirmarlo. Y como aclaran las portavoces de Cantabria Labs “Debemos seleccionar un limpiador adecuado para nuestro tipo de piel, eficaz, pero al mismo tiempo con una muy buena tolerancia”. En este sentido, aclaran, el jabón natural de manos en forma de pastilla es alcalino y, por lo tanto, su poder irritante y secante es mayor que el resto. En el caso de geles de ducha, están formulados con detergentes sintéticos líquidos y dependiendo de sus características, suelen incluir combinaciones de ingredientes que permitan tener un alto poder espumante y capacidad limpiadora alta, pero con tolerancia intermedia. Sin embargo, para la limpieza facial, de forma general, se opta por productos en base emulsión o aceite, apto para pieles secas y desmaquillantes de ojos; geles hidroglicólicos, sin aceites, apto para pieles grasas y aguas micelares o espumas que aportan capacidad humectante y emoliente de la piel, especialmente diseñadas para pieles sensibles y reactivas.

Lava la piel, no la friegues

Tengas o no la piel sensible, utiliza un limpiador suave; y aplícalo con delicadeza, sin frotar demasiado, porque puedes irritarla. Si después de lavarte la cara notas tirantez o sequedad, algo bastante común en muchos casos, es que estás usando un producto equivocado o estás siendo demasiado agresiva. Un limpiador facial no debe sacrificar la salud y el confort de la piel por los resultados. Desde Cantabria Labs afirman que lo más importante es usar fórmulas adecuadas a cada tipo de piel, que aporten suavidad, hidratación, respeten el pH cutáneo (ligeramente ácido) y contribuyan a cuidar el equilibrio de la microbiota de nuestra piel. “En el caso de la limpieza de maquillaje o fotoprotectores, es útil retirarlos con espumas o aceites”, aconsejan. Por su parte, la farmacéutica Rocío Escalante advierte que a la hora de secar, “también hay que evitar frotar la piel y hacerlo a toques con una toalla y muselina limpia y que usemos solo para la cara”.

Limpieza profunda

Si eres de las que en el afán de tener la piel más limpia que nadie, excede las dos veces diarias recomendadas, estás cometiendo un error. Si buscas una limpieza más profunda, Vitale y Manso aconsejan optar por limpiadores de tipo scrub o exfoliantes para estimular la renovación cutánea. “En el caso de personas con piel grasa o con tendencia acnéica, es muy importante la limpieza diaria pero también la realización de una ligera exfoliación semanal para facilitar la remoción de puntos negros o comedones”. No obstante, en cuestiones de exfoliación, como en la limpieza, hay que tener en cuenta el estado de la piel, porque el uso de fórmulas abrasivas pueden ser perjudiciales para la piel. Y mucho cuidado, o casi mejor, evitar las exfoliaciones en las pieles muy sensibles.

El agua que uses para lavar la cara también importa

Puede que ya sepas que lavarse la cara solo con agua no es suficiente porque no elimina bien el sebo, el sudor, las partículas de contaminación o el maquillaje, pero puede que no sepas que limpiarse la cara con agua excesivamente caliente es un error. “La temperatura del agua debe ser confortable, templada, sin ser muy caliente ya que produce vasodilatación cutánea. Tampoco debe ser muy fría. La temperatura también dependerá de la condición cutánea, ya que por ejemplo en sujetos con rosácea e incluso con piel sensible, no se aconseja agua con alta temperatura porque puede inducir un mayor enrojecimiento de la piel”, manifiestan las expertas de Cantabria Labs. En cuanto a la calidad del agua, refieren que su dureza es un parámetro importante a la hora de obtener una mayor limpieza de la piel. “Las aguas duras pueden afectar negativamente a la capacidad espumante y limpiadora de algunos productos”.

Pecados confesos

Según el estudio de Cerave, hay ciertos hábitos que boicotean una correcta higiene facial, como estar más de una semana sin lavar sábanas y almohadones, usar brochas de maquillaje ‘sucias’ (no haberlas lavado al menos una vez al mes) o dormir con el maquillaje puesto. Asimismo, y seguro que no te lo has planteado, hay que lavarse las manos antes de lavarse la cara. Y un dato relevante del estudio: “Los hábitos de limpieza insuficientes o perjudiciales pueden causar daños físicos en la piel, pero también tienen un impacto emocional. El 53% de los que no se limpian el rostro antes de irse a la cama se sienten después sucios, culpables, frustrados o avergonzados”. Por último, otras malas costumbres que afectan a la limpieza y salud de la piel del rostro es el uso de dispositivos móviles (plagados de bacterias) y no lavarse la cara después de hacer ejercicio. Solo un tercio de la población lo hace, y de estos casi la mitad lo hace solo con agua.