En los 50, el científico Alan Turing dijo que existirá inteligencia artificial cuando no seamos capaces de distinguir entre un ser humano y un ordenador en una conversación a ciegas.
En 1997, el campeón mundial Gary Kasparov perdió una partida de ajedrez con el ordenador Deep Blue. En 2009 se crearon los primeros ordenadores que interactuaban con niños autistas.
Y en 2011, IBM creó a Watson, una máquina que ganó un concurso de televisión de preguntas y respuestas. Hay robots que saben poner la mesa y fregar los platos. Otros pueden ir en bicicleta o hacer algo tan sencillo para los humanos como caminar.
Hemos llegado muy lejos en la investigación de la inteligencia artificial. Pero aún no hemos sabido dotar a estas máquinas de todos nuestros movimientos corporales. La investigación para crear máquinas inteligentes continúa.
En eso trabajan los ingenieros Miguel Ángel Salichs y Ramón López de Mántaras. Alberto Sanfeliu piensa que los robots deben aprender a resolver problemas e Iroshi Ishiguro cree que el trabajo artístico es fundamental para crear un androide.