Seccion curso 1
Perfilado de sección
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TEMA 1: Alianza familia-escuela.
Tanto la familia como la escuela tienen expectativas respecto al rol que cada una debe cumplir en el proceso formativo de los niños, niñas y adolescentes. Probablemente la familia espera que la escuela cumpla a cabalidad con su propósito de desarrollar aprendizajes y, además, sea un apoyo efectivo en el proceso escolar. En ambos casos, cumplir con las expectativas requiere de un trabajo que permita ir construyendo acuerdos, generando alianzas y definiendo en conjunto los caminos posibles para apoyar de manera efectiva el desarrollo integral de los y las estudiantes.
El sentido de esta alianza se basa en la convicción de que cuando la escuela o la familia tienen una participación difusa o poco efectiva, son los niños, niñas y adolescentes los que se ven afectados en su proceso de desarrollo y aprendizaje. Al mismo tiempo, las escuelas que han logrado integrar a las familias obtienen mejores resultados, tanto en lo referido al rendimiento académico de los estudiantes y su actitud hacia el aprendizaje, como en términos de su desarrollo integral.
En este contexto, la relación familia-escuela va más allá de la necesidad formal de que los padres participen nominalmente en algunos aspectos de la vida escolar. Más bien se refiere a un proceso en el cual ambas instituciones, familia y escuela, van co-construyendo criterios efectivos para apoyar los procesos de los niños, niñas y adolescentes, y en ese camino van reconociendo la necesidad que ambos tienen de contar con el otro de manera efectiva y sin desconocer la especificidad que tiene el rol de cada uno en este proceso.
Por otra parte, esta alianza conlleva implícitamente reconocer que ni la escuela ni la familia tienen respuestas correctas respecto a cómo enfrentar el proceso formativo de los estudiantes. Sin duda, ambas tienen aproximaciones, en algunos casos más o menos exactas, de cuáles son los métodos más efectivos o los mínimos que deben existir para generar condiciones propicias para el aprendizaje y el desarrollo. No obstante, tanto la familia como la escuela probablemente se equivocarán más de una vez en este camino, y requerirán analizar los criterios y procedimientos que utilizan para, a partir de ellos construir otros que se ajusten más y mejor a lo que los niños, niñas y adolescentes necesitan. La alianza también tiene el sentido de que, en ese proceso de búsqueda, familia y escuela avancen en conjunto, sin perder de vista el rol que cada una tiene en la formación de los estudiantes.
En el día a día no siempre es fácil de construir el vínculo familiar-escuela. Existen dificultades y prejuicios tanto en los padres como en los docentes, una cierta tendencia de ambas partes a creer que siempre tienen la razón, así como prácticas poco acogedoras que hacen que esta relación sea un tema a veces omitido o problemático. No obstante, parte del desafío de generar alianzas pasa también por ir definiendo formas de vincularse que hagan posible avanzar superando los desencuentros: hay que entender que no necesariamente significa que siempre se estará de acuerdo, sino más bien ir construyendo compromisos para desarrollar una relación que es complementaria y tiene como propósito mejorar las condiciones en las cuales los niños, niñas y adolescentes crecen, aprenden y se desarrollan.
La relación con la familia
Decir que la alianza entre familia y escuela es un desafío institucional es un tanto obvio, pero en la cotidianeidad de la vida escolar ello no parece ser tan cierto. Sin duda, los profesores jefes tienen un protagonismo evidente en la relación con las familias, son los interlocutores más recurrentes y también los referentes más directos en términos del desempeño académico y social de los estudiantes, lo que puede generar la percepción de que la responsabilidad de la relación recae fuertemente sobre ellos y, en esa ecuación, en ocasiones su rol se desarrolla en cierta soledad, alejados de referentes institucionales.
Esto requiere generar espacios sistemáticos e institucionalizados que permitan contener el desarrollo de estrategias compartidas para vincularse con las familias. La idea es involucrar a los que están más lejanos y estimular mayor participación de aquellos que están más cerca.
Sentido del manual de convivencia escolar.
Este manual tiene como propósito poner a disposición de las escuelas, y particularmente de los profesores jefes, un conjunto de orientaciones y sugerencias para tratar algunas de las temáticas más demandadas por los padres y apoderados. A la vez, éstas son de relevancia para la escuela en el desarrollo formativo de los y las estudiantes. El texto no busca necesariamente normar unaúnica forma de manejar estos temas, sino reflejar desde el enfoque de las políticas nacionales y de la Convención sobre los Derechos del Niño una posibilidad de acercamiento a asuntos que se consideran necesarios de enfrentar para la construcción de una relación efectiva entre la familia y la escuela. Asimismo, las orientaciones tanto generales como específicas que aquí se desarrollan, no tienen un carácter rígido, sino más bien buscan delinear un camino posible de abordaje, análisis y evaluación del trabajo que se desarrolle con los padres y apoderados.
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Abrió: sábado, 5 de noviembre de 2016, 01:50