En siglos anteriores golpear a las mujeres, a los esclavos, a los alumnos y a los niños, niñas y adolescentes era algo comúnmente practicado y aceptado. En los últimos tiempos, venimos observando y participando de una revolución en materia de conquistas de derechos humanos; sin embargo, el castigo corporal hacia los niños, niñas y adolescentes aún está socialmente justificado como forma de disciplina y pocos países cuentan con un marco legal que lo prohíba.
Ciertos Estados han tratado de hacer una distinción entre la corrección delos niños y la violencia excesiva. En la realidad, la línea divisoria entre ambas situaciones es artificial. Es muy fácil pasar de un estado a otro. También es una cuestión de principio. Si no es permisible golpear a un adulto, ¿por qué debe permitirse golpear a un niño, niña o adolescente? Todavía necesitamos hacer más visible que el castigo físico y las humillaciones, aún cuando sean con la intención de educar, son una forma de maltrato y una violación a los derechos humanos.¿Qué le pasa al niño cuando recibe castigos físicos?
Los niños, niñas y adolescentes al recibir castigos físicos experimentan la emoción de temor llevada al grado máximo, es decir terror. Esto ocurre minutos o segundos antes de recibir el golpe. Los niños y niñas anticipan lo que va a acontecer. Con esta experiencia el niño, niña o adolescente desarrolla, para sobreponerse, mecanismos de adaptación a la violencia como la obediencia extrema o comportamientos violentos. En cualquiera de los dos casos, se ubican en algún lugar del círculo de la violencia: víctima o agresor. Estas experiencias trascienden el mundo familiar, ampliándose a la escuela y la comunidad.
En la historia universal, sabemos de niños y niñas que han sido expuestos a violencias extremas y han podido recuperarse a través del factor de resiliencia.
Para promover la resiliencia es importante partir del reconocimiento de los efectos traumáticos de la violencia y promover vínculos afectivos reparadores en la vida de las personas.
¿ Cómo marca el maltrato la vida de los niños?
Las consecuencias físicas, psicológicas y sociales más frecuentes del castigo físico y las humillaciones verbales en los hijos e hijas son:
•Trastornos en la identidad:
Los niños, niñas y adolescentes golpeados pueden tener una mala imagen de sí mismos. Pueden creer que son malos y por eso sus padres los castigan físicamente. A veces, como modo de defenderse, los niños y niñas desarrollan la creencia de que son fuertes y todopoderosos, capaces de vencer a sus padres y otros adultos.
•Baja autoestima:
Los niños, niñas y adolescentes a menudo pueden experimentar sentimientos de inferioridad e incapacidad. También pueden mostrarcomportamientos tímidos y miedosos o, por el contrario, mostrarse hiperactivos buscando llamar la atención de los demás.
•Sentimientos de soledad y abandono:
Los niños, niñas y adolescentes pueden sentirse aislados y poco queridos.
•Ansiedad, angustia, depresión:
Los niños, niñas y adolescentes pueden experimentar
miedo y ansiedad desencadenados por la presencia de un adulto
que se muestre agresivo o autoritario. Algunos niños, niñas y adolescentes desarrollan lentamente sentimientos de angustia, depresión y comportamientos autodestructivos como automutilación.
•Síntomas de Síndrome de Estrés Postraumático
Los niños, niñas y adolescentes que han sufrido violencia grave, pueden experimentar sentimientos de que el evento violento está sucediendo nuevamente, tener dificultades para dormir, pesadillas, explosiones de ira, sentimientos de preocupación, culpa o tristeza, pérdida de interés por las diversiones, incapacidad para recordar la secuencia del hecho, dificultades para respirar y/o sudoración cada vez que recuerden lo sucedido.
•Alteraciones en el proceso de aprendizaje:
Los niños, niñas y adolescentes pueden padecer alteraciones en factores que inciden en el aprendizaje como la motivación, la atención, la concentración y la memoria.
•Exclusión del diálogo y la reflexión:
La violencia bloquea y dificulta la capacidad para encontrar modos alternativos de resolver conflictos de forma pacífica y dialogada.
•Generación de más violencia:
Los niños, niñas y adolescentes pueden aprender que la violencia es un modelo adecuado para resolver los problemas.
•Sufrir daños físicos incluso la muerte:
Los bebés y los lactantes tienen menos posibilidades de defenderse frente a este riesgo vital.
¿Cómo educar a los hijos sin violencia?Para que la autoridad de madres y padres sea vivida y comprendida por los hijos e hijas como algo positivo -que no representa los modelos represores o autoritarios, ésta tiene que plantearse en vínculos que promuevan el apego emocional. Cuando esto ocurre, se produce un alejamiento de prácticas violentas ya que las madres y padres encuentran maneras de manejar sus emociones, reconocer y expresar su rabia, regular su agresividad y principalmente encontrar palabras.A menudo las personas adultas golpean a sus hijos e hijas porque no tienen un lenguaje adecuado para hablarles.
La convivencia familiar registra circunstancias tales como la hora de dormir, bañarse, las comidas, las tareas escolares, entre otras, donde aumenta la tensión cuando las cosas no suceden como la madre o el padre espera. A menudo, esta tensión tiene la siguiente secuencia: hablar-convencer-discutir-gritar-pegar.
Al llegar al último recurso de esta secuencia, la madre o el padre está en un clima emocional de desborde y violencia: todo parece ser una batalla.