Familiarizacion con el medio acuatico

Familiarizacion con el medio acuatico

de Gonzalo Matias Criseo -
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¿Quién no ha visto esas sorprendentes imágenes en las que un bebé de pocos meses nada como un auténtico pez en el agua? Da la impresión de que realmente están en su medio natural… ¿Y acaso no es así?

Si nos paramos a pensar, esto es posible por la proximidad de ese periodo en que el pequeñín se encontraba alojado en el útero materno y sumergido en el líquido amniótico. Por supuesto que allí dentro no necesitaba sus pulmones para respirar y ahora sí, pero, si desde el inicio de su vida mantiene una continua relación con el agua, el niño no “olvidará” el placentero estado en el que se encontraba durante la fase de gestación.

¿Cómo ha de ser el aprendizaje? A base de mucha repetición, rutinas, paciencia y constancia. Debemos crear un ambiente relajado y sin exigencias de resultados inmediatos.
¿De qué forma debemos llevarlo a cabo? Lo primero, sintiéndonos seguros, pero difícilmente vamos a transmitir seguridad si dudamos. En caso de sentirnos incapaces, es mejor esperar a que el niño tenga tres años y ponerle en manos de un especialista.
¿Qué haremos para darles seguridad? Mediante el tono de voz, la mirada, el contacto suave pero firme, dejando que el bebé vaya experimentando, potenciando su autonomía y motivando sus logros.
¿Cómo quitamos el miedo? Evitando transmitir nuestros propios miedos, facilitándole la familiarización con el espacio y respetando sus necesidades. Si el pequeño trata agua, no debemos dar demasiada importancia al asunto.
¿Es mejor un centro especializado o enseñar al niño por nuestra cuenta? Es una decisión personal que depende de la seguridad que tengan los padres en el agua. Los bebés deben estar acompañados por los padres también en cursillos especializados, pero a partir de los tres años podemos enviarles a aprender sin nuestra presencia.